El futbolista Enrico Dueñas vino a El Salvador para probar «suerte» con bombos y platillos… aunque ese ruido la verdad proveniera desde los aficionados más optimistas.

Y es que Dueñas vino al Alianza tras dos temporadas (una en la práctica) de poco o nada por rescatar en el Top Oss de la segunda división de Países Bajos.

Es decir, en ningún momento por rendimientos llegó al Alianza con el cartel de estrella; venía con esa «aura» por el currículo que tiene. O más bien, por algunos de los clubes en donde se formó y jugó.

Pero por presente, llamarle «estrella» es no sólo una exageración, sino también algo que no le hace justicia a su realidad más inmediata. La realidad es dura.

Si de números hablamos, Enrico en once partidos del Apertura 2025 anotó un tan sólo gol y dio una sóla asistencia. Nada más. En la final contra Firpo ni amagó con ingresar.

¿A dónde quedó aquella formación del Ajax, Vitesse? Pues por lo que sus pies juegan ya bien en el olvido, dentro de la gaveta y cogiendo cada vez más polvo. No descubrimos nada, sólo confirmamos.

Dije semiprofesional, pero para los estándares más exigentes del fútbol moderno la Primera División es una liga completamente amateur. Y ya si en un certamen así Enrico no levanta vuelo…

Tal vez esté en el deporte incorrecto. Como Brandon Aubrey, quien estuvo jugando durante la pasada década en las reservas del Toronto FC y ahora es pateador estelar de los Dallas Cowboys ¿por qué no?

Pero la vida da revanchas, a ver si Enrico a sus apenas 24 años de edad puede aún remontar y cerrar bocas. Pero, por los vientos que soplan…