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¡»Gracias», «Buenas tardes», «Adiós», «Con permiso»!

«GRACIAS. Cuando hablamos con respeto, construimos futuro». El contenido de este simple mensaje es en realidad ¡maravilloso!, especialmente expuesto fuera de las aulas de clase y dirigido públicamente a todos los salvadoreños de diferentes edades, con cualquier formación académica, profesión u oficio, sexo, credo o fe. …simplemente para todos.

La campaña promovida por el Ministerio de Educación, dentro y fuera de los centros educativos, expuesta en vallas publicitarias en las principales arterias de San Salvador (donde las he visto), considero que tiene un enorme potencial, mayor del que nos podamos imaginar a una simple lectura en el tráfico.

Una de ellas dice así: «GRACIAS. Cuando hablamos con respeto, construimos futuro». El contenido de este simple mensaje es en realidad ¡maravilloso!, especialmente expuesto fuera de las aulas de clase y dirigido públicamente a todos los salvadoreños de diferentes edades, con cualquier formación académica, profesión u oficio, sexo, credo o fe. …simplemente para todos.

Este mensaje, si lo adoptamos con la seriedad y compromiso que merece, tiene el potencial de cambiar nuestro El Salvador, junto a la adopción de otros principios y valores, más allá de un cordial saludo; el trato respetuoso entre salvadoreños puede ser la fórmula que nos catapulte realmente al Primer Mundo. Es respeto justamente los nos hace falta, lo que necesitamos. Respeto a la vida, a la propiedad, a la opinión ajena, en el tráfico, nuestra vida cotidiana, respeto dentro de la familia.

Muchos salvadoreños ya se comportan así, pero es necesario generalizarlo. Es urgente que permee todos los ámbitos de nuestra sociedad, sin restricciones ni omisiones de ningún tipo.

Permítanme explicarme mejor.  

Está muy bien que se retome estos valores y principios en los centros educativos, pero como la educación es una inversión que da frutos a largo plazo, no podemos esperar 10 ó 20 años más para mejorar. Nuestro país lo necesita ya, de inmediato, «para ayer». Y no hay mejor enseñanza que la de un buen ejemplo y, con menos palabras.

El potencial maravilloso de este mensaje radica en que los adultos demos el ejemplo y enseñemos cada día…todos: funcionarios públicos de cualquier rango, maestros, directores, ministros, motoristas de buses, médicos, enfermeras, ingenieros, jueces, abogados, arquitectos, policías, soldados, etc…, Si empezamos a comportarnos tal cual lo sugiere este mensaje, los resultados se podrían ver en más corto plazo.

Los niños necesitan ver a los adultos tratarse con respeto. A los diputados en el Salón Azul, a los médicos y enfermeras tratar con dignidad a sus pacientes, en el estadio, a ingenieros y arquitectos con sus obreros, a sus maestros y directores con alumnos y personal administrativo; en fin, a todos con todos, nuestra interacción humana debe cambiar de inmediato en El Salvador. Y mientras más exposición pública tenga una persona, mejor debe comportarse y hablar. De lo contrario, el mensaje se quedará en letra muerta.

El gran reto de la cartera de Estado a cargo de estos mensajes e iniciativas ya trasciende las aulas escolares. Ahora debe hacerlo cumplir a nivel nacional. El Ministerio de Educación se ha comprometido a sí mismo, sin quererlo, al publicar en vallas de manera formal y pública. Lo veo como una gran oportunidad y deseo buena suerte. Lo que hará falta ahora es la estrategia.

Carlos Ernesto Mena Guerra.

Militar (R) y Economista.  

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