OPINIÓN. La afición salvadoreña, si bien se comportó en líneas generales, volvió a deber en cuanto a fuego, apoyo, aliento…
OPINIÓN. La afición salvadoreña, si bien se comportó en líneas generales, volvió a deber en cuanto a fuego, apoyo, aliento…
No, no le echemos la culpa al Estadio Cuscatlán, aunque hay quienes insisten en quitarle el carácter de inerte y asegurar que vive, respira, palpita e intimida.
Pero todas esas cualidades les son dadas por la gente, por el aficionado, por el fanático.
La noche del viernes, por enésima vez, volvió a ser igual que muchas en donde la Selecta no pudo ganar su respectivo juego en el Estadio Cuscatlán.
Lo mismo, lo mismo, y lo mismo.
Gente que se desgarra la garganta durante el Himno Nacional, y que luego ocasionalmente grita para celebrar un gol o reclamar.
Con mucha determinación, y también un poco de fortuna, a Panamá no se le vio inquieta, insegura o temerosa en el Estadio Cuscatlán.
Sabían los panameños que las rachas son para acabar con ellas, que no son para siempre, y en este viernes lo demostraron.
Así como a todos los aficionados, asistentes y no al Estadio Cuscatlán, les fascina, les encanta «ser» entrenadores de la Selecta desde la comodidad de su asiento, así deberían hacer también un día autocrítica.
¿Y yo que aporto a la Selección Nacional?
«Ah, es que yo ya pagué mi boleto y me comporté, con eso deberían tener para que ganen; no me pidan más».
También el fútbol moderno exige viejas costumbres, como la de apoyar y alentar con todas las fuerzas sin importar las consecuencias «faríngicas».
«No, es que me quedaré sin voz, es que no me da para tanto la garganta, es que no me nace, nunca lo intenté; yo no soy así, etc…».
Justo tras el gol de José Fajardo de nuevo la afición volvió a enfriarse en segundos, ni siquiera en minutos.
¿Eso benefició a nuestros seleccionados nacionales? Para nada, el famoso «Coloso de Montserrat» que tanto afaman que ruge, que amenaza… volvió a quedarse sin voz tras un gol en contra.
¿Creen que eso no afecta a los jugadores? ¿Que de presto parezca que juegan a puertas cerradas luego de haber tenido un gran apoyo y bullicio en las gradas?
¿Qué clase de Dr. Jekyll es la afición de la Selecta? Una que no más ve la adversidad se calla, huye, se rinde, no pelea más luego de demostrar todo lo contrario…
Hay que tener coherencia. Exiges a los jugadores porque «les pagan mucho», «tienen la vida resuelta», «no tienen deudas o problemas como los míos»… ¿a dónde y cuándo tu autocrítica? ¿y tú que les das a ellos para que se levanten y remonten?».
Lo siento, pero tenemos una afición que pelea tanto o menos que los jugadores en la cancha. Una que se apaga al menor soplo del viento, un golito en contra y ya todo en modo funeral…
Perdón, pero ustedes también tienen su cuota de responsabilidad en cada fracaso de la Selecta en casa, y sobre todo, en el Estadio Cuscatlán.
Haz cosas distintas y verás cosas distintas, sigue haciendo lo mismo, aunque estés en la grada, y todo seguirá igual.
Que el «guanaco» no se rinde, que no le teme a nada, que siempre se sobrepone… toda una narrativa que parece también pertenecer al pasado, que ya nadie encarna en los graderíos.
Una afición de papel, que el viento la hace a donde le place todo el tiempo…
¿Con qué cara pedir cambios si tienes un anfiteatro con almas apáticas, con poca resiliencia y hasta fáciles de derrotar psicológicamente? Ahí se los dejo.
La realidad en tus manos
Fundado en 1936 por Napoleón Viera Altamirano y Mercedes Madriz de Altamirano.
Facebook-f Instagram X-twitter11 Calle Oriente y Avenida Cuscatancingo No 271 San Salvador, El Salvador Tel.: (503) 2231-7777 Fax: (503) 2231-7869 (1 Cuadra al Norte de Alcaldía de San Salvador)
2025 – Todos los derechos reservados