Light
Dark

Una práctica de antaño para hogaño

Cuando reciba su aguinaldo recuerde que hay formas y “formas” para utilizarlo. Y, a las puertas del nuevo año, piense en tomar la lección de las amas de casa de antaño para administrar sus ingresos.

Años ha, asistimos a la graduación de mi hijo en el INCAE, en Nicaragua, cuando Doña Violeta Chamorro era la presidente de ese país, a quien se honró con un Doctorado Honoris Causa. El entonces Rector de dicha institución, Doctor Roberto Artavia, al justificar semejante honor, señaló dos grandes logros de Doña Violeta: que, “con su gran corazón de madre, ha logrado unir a los nicaragüenses”; y que, “con su economía de ama de casa”, había logrado el repunte del país. De allí que, basándonos en una opinión tan recomendable, analicemos qué hace un ama de casa y madre de familia relativo a economía. Lo aprendí de mi madre y deseo compartirlo, dado que, incluso desde las más altas magistraturas, decretando la opción de adelantar por dos meses el aguinaldo, se está promoviendo el gasto “a fin de estimular la economía”.

¿De qué se trata?

De planificar sus ingresos mensuales con sencillez. De lo poco o mucho que se reciba, debe separase un 80% para distribuirlo entre los gastos ineludibles: pago de casa, comida, ropa, estudios. Y, ¿el 20% restante? Para efectos prácticos, es como que nunca se recibieran, se vuelven intocables porque un 10% se convierte en ahorro, un 5% se separa para gastos imprevistos y, ¡muy importante!, un 5% se dedica a ayudar a personas que lo necesitan, sean parte de la familia, o conocidos en necesidad. La mayoría de veces, posiblemente, se ayudará a entidades que atienden a personas carentes de lo más indispensable.

Y me dirán: ¿cuánto se dedica al pago de las deudas? Es que, con disciplina, no se adquieren deudas o son muy manejables. El único acreedor debería ser nuestra cuenta de ahorros, porque es lo que nos debemos a nosotros mismos, al futuro de nuestra familia. Además, es un apoyo en caso de una emergencia. Y, con el tiempo, ese ahorro se convertirá en inversión, que crecerá por sí misma, y garantizará, dentro de lo posible, la subsistencia familiar.

En cuanto a gastos como los navideños, por ejemplo, pues se cuenta con el 5% que se apartó para imprevistos, y a través del año, siendo previsores, se habrán ido comprando algunos regalos, a modo de no tener que gastar una gran cantidad de una sola vez. Los regalos deben ser motivo de alegría para quien los recibe, pero también para quien los da. Por eso no deben convertirse en un dolor de cabeza y de bolsillo, todo lo contrario. Planifique y actúe como lo haría una responsable ama de casa, y verá qué buenos resultados obtiene.

En cuanto al otro 5%, ese que se dedica quien no puede corresponder con otro regalo igual o mejor que el que usted ha dado, será el que le proporcione mayor satisfacción, así como frutos que no perecen, sino que se multiplican en bendiciones celestiales y terrenales.

Por todo lo anterior, cuando reciba su aguinaldo recuerde que hay formas y “formas” para utilizarlo. Y, a las puertas del nuevo año, piense en tomar la lección de las amas de casa de antaño para administrar sus ingresos. Posiblemente en un inicio le costará muchísimo, especialmente si se ha endeudado, pero vale la pena que lo intente: el saberse USTED (y no sus acreedores) en control de sus ingresos, es el mejor regalo que puede hacerse a sí mismo. Le deseo que así sea.

Empresaria.

Suscríbete a El Diario de Hoy
Patrocinado por Taboola