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Subir impuestos para detener recesiones empeora la situación

Como dice un reconocido economista salvadoreño que ahora reside en Barcelona, mientras dictadores, déspotas, mandatarios estén bien no les importan las consecuencias que sus políticas tengan, como ha sido el caso de los Assad de Siria y del busero Maduro al frente de la dictadura venezolana

Para enfrentar el riesgo de una recesión económica, el Gobierno de Costa Rica va a subir impuestos, lo que equivale a reducir los recursos de la población para salir de problemas que los afectan; lo propio es reducir impuestos y eliminar regulaciones para que la gente pueda invertir, salir de compromisos, poner su cosas en orden. La población hará un mejor uso del dinero que con esfuerzo y sacrificios gana, que cualquier burocracia que antepone a las necesidades de un pueblo sus propios programas, aun los llamados «sociales».

En Costa Rica se han propuesto medidas como el impuesto sobre la renta al salario escolar, modificaciones al impuesto sobre la renta para personas y empresas y aumentos específicos en impuestos como el del tabaco, según se desprende de diversas iniciativas y propuestas. 

Algo similar estaba sucediendo en Estados Unidos con el programa SNAP, conocido como los «food stamps», que el Ejecutivo quiso poner en suspenso y para lo cual logró  el visto bueno de la Corte Suprema, sin pensar que toda familia que depende de esa asistencia no pueden hacer una pausa en comer pues mueren, como sucedió a la pareja del galardonado actor Gene Hackman y su esposa, ambos sufriendo de Alzheimer y que literalmente murieron de hambre con sus mascotas, como establecieron la autoridades que llegaron al lugar.

Afortunadamente, el cierre del gobierno se superó y la administración dijo que de inmediato reanudaría el programa de distribución.

Lo asombroso es que la Corte Suprema apoyó a la Casa Blanca en una pausa «temporal» del programa de los Food Stamps, pese a que si la gente de pocos recursos y sus hijos hacen una «pausa» en alimentarse se mueren, como sucede en la franja de Gaza con la guerra entre Israel y Hamás, pues inclusive una pequeña flota de barcos con ayuda humanitaria en la que iba la activista sueca Greta Thunberg fue obligada a regresarse. Greta y sus acompañantes fueron enviados a París, desde donde ella fue repatriada a Suecia.

En otros términos, que la gente pobre quede sin esa vital asistencia, para la Casa Blanca «no es su problema», que se las arreglen como puedan, lo que está sucediendo con las personas sin hogar, los «homeless», a quienes varios alcaldes y oficiales, entre ellos los de Florida, quieren multarlos y obligarlos a irse, generalmente bajo puentes.

En París, previo a las Olimpiadas, la policía echó a los «sin casa» de las calles y recogió sus precarias cobijas y ropa para tirarlas a los basureros de la ciudad, como está sucediendo en más de un lugar en el mundo…

Cortar alimentos a familias pobres es la mayor perversidad imaginable

Como dice un reconocido economista salvadoreño que ahora reside en Barcelona, mientras dictadores, déspotas, mandatarios estén bien no les importan las consecuencias que sus políticas tengan, como ha sido el caso de los Assad de Siria y del busero Maduro al frente de la dictadura venezolana: para mantenerse en el poder no les importa el sufrimiento, las torturas y las muertes de sus perseguidos, de los que osan contradecirlos.

Muchos de los miles de detenidos por los Assad habían olvidado sus nombres, además de estar enfermos y esqueléticos, un horror que similar a los campos de concentración de los nazis, donde asesinaban sin piedad hasta niños pequeños…

Lo que estremece a la gente sensata en este mundo es que los horrores que iniciaron con la llamada «Noche de los Cristales» en Alemania casi fueron ignorados por el resto de naciones…

Los romanos acuñaron una frase estremecedora sobre estas tragedias: el hombre es el lobo del hombre…

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