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Educación cambiará programas y textos escolares

Por ahora los niños, sus padres, sus maestros están expectantes ante los cambios, sobre todo en función de la tecnología y recursos digitales.

El Ministerio de Educación anunció que hará una reforma a los programas educativos vigentes y editará seis millones de ejemplares de los nuevos libros de texto, para responder a nuevas necesidades y de «industrias emergentes» y que en el futuro «podamos tener adultos bien capacitados».

El objetivo, según explicó la ministra Karla Trigueros, es tener una «población capacitada y en bachilleratos técnicos que respondan a las necesidades reales de actualización del país», para lo cual esperan dotar de internet de fibra óptica al ciento por ciento de las escuelas el próximo año y de tablets y computadoras a los niños.

Por ahora los niños, sus padres, sus maestros están expectantes ante los cambios y la producción de libros y guías, ya que es importante que se actualicen la «currícula» y los contenidos, sobre todo en función de la tecnología y recursos digitales. 

Sin embargo, son válidas las interrogantes que se hacen algunos: ¿Quiénes estarán a cargo de revisar los programas y decidir lo que debe conservarse y lo que hay que renovar?¿Cuál es la experiencia de los encargados de renovar los planes de estudio y quién los escoge?

Sería ideal asegurarse de que quienes estén a cargo sean especialistas en la enseñanza, conocedores de las materias, con experiencia en este tipo de reformas y no que se cuelen políticos o burócratas con agendas oscuras, como ha ocurrido en el pasado.

Al respecto hay ejemplos que espantan, como el del criminal de guerra Putin, que quiere que el sistema escolar ruso sea «militarista», que los jóvenes se preparen sin realizarlo plenamente para ser la carne de cañón de la dictadura, «defender a Rusia» y pese al más de millón de soldados muertos o lisiados en la guerra contra Ucrania. O los sandinistas en los años 80, cuando lavaban el cerebro de los jóvenes con el marxismo y el manejo de armas.

En juego está el futuro de los ahora niños de El Salvador, que en muchos casos tienen que sufrir condiciones de mediocres a malas en los lugares donde estudian, lo que ha llevado a que los propios profesores y los padres de familia tengan que hacer los gastos para que las escuelas funcionen, inclusive arreglar los servicios sanitarios.

Siempre estamos en riesgo de sufrir indoctrinamientos de nuestros niños y no se debe permitir que los principios morales y cívicos se soslayen, como se ha intentado hacer con nuestra historia, ninguneando a nuestros Próceres o Padres Fundadores o los distintos acontecimientos que han formado o marcado a El Salvador.

Lo propio sería pedir a un gobierno democrático amigo o a las Naciones Unidas, asistir al país en la formulación de los programas educativos.

La educación comienza en la casa y debe involucrar a las comunidades

Aunque no parezca relevante, revivir el programa EDUCO sería más que pertinente, al involucrar estudiantes, profesores, padres de familia y líderes comunales en la tarea esencial de forjar a los adultos del futuro, que sean personas capaces de valerse por si mismas y ser buenos padres y madres de familia.

El programa EDUCO fue eliminado a primer o segundo día de la presidencia del Profe para continuar manipulando a los maestros.

El Diario de Hoy tiene la satisfacción de haber contribuido por décadas con proyectos educativos como Los niños y nosotros, Guanaquín Escolar y muchos otros, cubriendo una necesidad imperiosa: dotar de gráficas, ilustraciones, mapas, organigramas para que las escuelas puedan distribuirlos o pegarlos en las paredes y que tanto niños como maestros tengan acceso a los contenidos.

Esperamos que los cambios propuestos ayuden a formar generaciones más educadas y, sobre todo, pensantes, comprometidas con El Salvador y su gente.

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