Los méritos y el trabajo político de María Corina Machado (MCM) son indiscutibles, evidentes, notorios, lo mismo que su carisma y liderazgo personal. La campaña por la presidencia de Venezuela fue extraordinaria, genial, pero ¿es todo ello mérito suficiente para el más honroso premio mundial en materia de paz?
Los criterios que tuvo el Comité para otorgar el premio, según declaraciones propias, fueron los siguientes:
1. Lucha por la Democracia y la Libertad: Se reconoció su firme compromiso con la democracia y los Derechos Humanos y su papel como símbolo de la resistencia pacífica en Venezuela. El Comité señaló que la democracia es un prerrequisito para una paz duradera.
Comentario: Hasta donde pudimos seguir la extraordinaria campaña política de MCM, el tema de los derechos humanos no estuvo presente.
2. Cohesión de la Oposición y Resistencia Pacífica: Se valoró su capacidad para unir a sectores de la oposición venezolana y su resistencia constante a la militarización de la sociedad, manteniendo su compromiso con una transición pacífica a la democracia.
Comentario: Capacidad de unir diversos sectores políticos ciertamente requiere gran capacidad, inteligencia y empatía; conservar esa unión, consolidarla y extenderla requiere mucho más. Esperemos que MCM lo logre y así, algunos años adelante, para el bien de su país acumule los méritos para un premio que por ahora le adelantaron. Lamentablemente las noticias que llegan desde Venezuela no apuntan en esa dirección.
3. Inspiración y Coraje: Se destacó su decisión de permanecer en el país a pesar de las graves amenazas contra su vida, lo cual ha inspirado a millones de personas a levantarse y resistir a los regímenes autoritarios.
Comentario: Inspiración, decisión y coraje indiscutibles, pero, hasta donde es posible conocer por medio de fuentes internacionales, hasta ahora MCM ha sido inspiración de movimientos y organizaciones de la diáspora opositora venezolana, lo cual está muy bien, pero no de movimientos u organizaciones de millones de personas; de estos lo han sido la guerra de ocupación en Croacia y especialmente el genocidio en Gaza.
En esencia, sigue diciendo el Comité, el premio reconoce que los instrumentos de la democracia son también instrumentos de la paz y que MCM representa la esperanza de un futuro en el que los derechos fundamentales sean protegidos y la voz de los ciudadanos sea escuchada.
Comentario: En esta época de crisis mundial de las democracias primero tendríamos que aclarar muy bien cuáles son sus instrumentos porque hasta ahora el principal de ellos, las elecciones, no ha sido suficiente para alcanzar ni aún conservar la democracia, no digamos la paz. Ejemplos tenemos ahora en el mundo, en Centroamérica y un poco más al Norte.
Consultando distintas fuentes, Alfredo Nobel, fundador del Premio, expuso sus ideas sobre el premio para la paz en su testamento (1895): el premio debía ser otorgado a la persona u organización que «haya hecho el mayor o mejor trabajo en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos permanentes y la celebración y promoción de congresos de paz».
No encuentro cabida para ubicar entre ellas la excelente campaña política presidencial de MCM.
El ideario de Alfredo Nobel, como todo en el mundo, ha evolucionado, se ha ampliado para incluir otros temas como la defensa de los derechos humanos, el desarme, la ayuda humanitaria o la resolución de conflictos. Tampoco entre estos temas encuentro espacio para una magnífica campaña electoral.
Más difícil me resulta colocar el nombre de MCM junto a los de Martin Luther King, Madre Teresa, Adolfo Pérez Esquivel, Desmond Tutu, Nelson Mandela, Rigoberta Menchú, Médicos sin Fronteras, Al Gore… y tantos otros y otras que han sido honrados con el Premio por dedicar sus vidas a luchar por grandes ideales como prevenir el uso de la energía nuclear con fines militares, la prohibición y limpieza de las minas antipersonas, o a luchar contra grandes males como la violencia sexual como arma de guerra, la represión de los niños y el derecho de todos ellos a la educación, por citar unos pocos ejemplos.
La campaña política de MCM fue admirable, su resistencia y coraje más aún; por eso lamento que pocas semanas antes de recibir el Nobel se halla identificado tan estrechamente con los líderes políticos europeos más señalados como antidemocráticos y que al recibirlo lo ofrezca a quien no tiene la menor consideración para con sus compatriotas migrantes.
En fin, guardo la esperanza de que el Honorable Comité Noruego del Nobel decida mejor el próximo año y no vaya a ceder ante algún poderoso que se considere merecedor… Porque este año parece que erró.
Abogado.