El Salvador, entre otros países de Centroamérica, volvió a registrar en 2025 los mayores crecimientos de remesas de toda América Latina y el Caribe (ALC), estimando, en conjunto, que para el cierre del año alcanzarán una tasa de crecimiento de 20.4%, superior al de 2024, con ingresos que rondarán los $55.395 millones. Así lo estimó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el informe «Las remesas a América Latina y el Caribe en 2025, Adaptaciones en un contexto de incertidumbre».

El organismo explicó que el aumento refleja la reacción de los migrantes frente a la incertidumbre que enfrentan en el principal país de origen de estos flujos, Estados Unidos. Además que, durante los primeros meses del año, muchos recurrieron a sus ahorros para hacer más envíos a sus familias y por montos promedio más altos.

Sin embargo, el documento del BID concluyó que buena parte del crecimiento de 2025 responde a comportamientos excepcionales de los migrantes ante la incertidumbre: uso de ahorros acumulados y aumento de las horas trabajadas.

«Esas estrategias han permitido mantener los envíos en niveles altos, aunque resultan difíciles de prolongar. La capacidad de seguir incrementando remesas parece estar llegando a su límite: los ahorros se reducen, el empleo se estabiliza y los flujos migratorios muestran signos de menor dinamismo», señaló el informe.

Para el economista Rafael Lemus, el «efecto precaución» es lo que ha provocado el aumento de las remesas de un 18.2% hasta octubre de 2025, mismas que provienen principalmente de Estados Unidos, de acuerdo a datos del Banco Central de Reserva (BCR) de El Salvador.

Las políticas antimigrantes implementadas por el presidente Donald Trump y la caída histórica de la migración irregular hacia Estados Unidos contrastan con dicho crecimiento en el envío de dinero desde el país norteamericano.

Las detenciones masivas de personas en Estados Unidos, la reducción de capturas en la frontera suroeste que pasaron de 336 cada hora a 245 por día, y la drástica caída de la intención de personas de migrar de forma irregular, no detuvieron el envío de remesas de los compatriotas.

Entre enero y octubre de este año, los envíos de dinero a El Salvador sumaron $8,206.4 millones, un aumento interanual de 18.2 %, de acuerdo con los datos del BCR.

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De esa cifra, $7,588,931.84 fueron enviadas desde Estados Unidos, lo que representa un aumento de $1,225,540.67 respecto al mismo periodo del año pasado, según las cifras consignadas por la dependencia gubernamental.

«¿Por qué la gente ha mandado más dinero de remesa? El efecto precaución, o sea, la administración Trump está sacando gente hasta con papeles y el problema es que no le da tiempo de nada, simplemente lo agarran en la calle, en el trabajo, en la casa, o donde ande y allí perdió todo. Perdió la casa, el carro, todas las cosas», detalló el economista.

Las personas que corren el riesgo de ser deportadas han decidido enviar el dinero que tienen como un «ahorro precautorio», agregó.

El BID consignó que durante el primer trimestre del año, los países Centroamericanos registraron un incremento de sus remesas de 21,2% respecto al mismo período del año anterior.

Durante el segundo trimestre se reportó una tasa de crecimiento del 17,4%, que fue menor de los meses anteriores posiblemente por el agotamiento o la disminución de los ahorros que los migrantes habían destinado a envíos extraordinarios.

«En el tercer trimestre se registró un nuevo crecimiento de los flujos, con la tasa más elevada del año (22,4%) probablemente por causa de un aumento de las horas de trabajo de los migrantes», señaló el BID en el informe.

Entre abril y julio, las mujeres de origen centroamericano en Estados Unidos aumentaron su participación laboral en trabajos de tiempo parcial en un 11,8%, y en un 2,3% en trabajos de tiempo completo. Mientras que los hombres incrementaron su participación en un 36,7% en trabajos de tiempo parcial, pero se redujo un 12,0% su participación en trabajos de tiempo completo.

Otra explicación que consignó el informe sobre el aumento de las remesas, y que se prevé para el cuarto trimestre del año, es que se mantenga la dinámica observada en el trimestre anterior respecto al comportamiento del mercado laboral.

Es decir, que aun cuando los ahorros principales de los migrantes se están acabando, es posible que hayan decidido reducir sus gastos para disponer de algunos fondos suplementarios para el envío de remesas.

El economista Rafael Lemus señaló que, de acuerdo a sus proyecciones, al final del año El Salvador recibirá cerca de $10,000 millones en concepto de remesas desde Estados Unidos; cifra calificada de «impresionante».

El economista señaló que la situación de las remesas en el 2025 es algo «extraordinario» y que la tendencia no se mantendrá para el próximo año. «Este año ha sido extraordinario; pero ya la administración Trump fijó las reglas y además el que iba a mandar dinero ya lo mandó. Entonces, hoy la gente está sacando los ingresos del mes y pagando sus cuentas allá para el día. No espero que esa dinámica siga así, creciendo, sino que va a volver a tendencias normales, o sea, un crecimiento de al menos al 5% el próximo año sino es que se reduce», advirtió el economista.

La Oficina del Censo de Estados Unidos consignó que, hasta julio de 2025 la población migrante de ALC en el referido país, alcanzó los 28,5 millones de personas, lo que representa un aumento de 386,813 personas y un crecimiento de 1,4% respecto del mismo período de 2024.

Pero en contraste, los migrantes de Centroamérica en Estados Unidos registraron una reducción de 0,6%, respecto al año anterior, lo que equivale a 28,700 personas menos. La población de centroamericanos en Estados Unidos se ubica en cinco millones.