Francia, Grecia, Italia: los lugares a donde una salvadoreña exporta su arte
Se trata de piezas a gran escala elaboradas artesanalmente con hilos de diversos tonos, obras que han conquistado mercados y consumidores exclusivos en América, Asia y Europa.
Las obras de Daniela Rivas, que van de uno a los ocho metros de alto y cuyo peso puede superar las 80 libras, ya decoran grandes casas de moda en lugares tan distantes como Mikonos, en Grecia, o Bangkok, en Tailandia. |Foto EDH / Miguel LemusLa joven, de profesión arquitecta, inició su emprendimiento, al que bautizó como Navir, unos meses antes de que la pandemia obligara al encierro a millones de personas. |Foto EDH / Miguel LemusCada pieza puede tomar entre dos y cinco semanas de elaboración, dependiendo de su tamaño; algunas alcanzan seis metros de alto y hasta ocho metros de ancho. |Foto EDH / Miguel LemusLa joven estudió el mundo de los textiles, investigó técnicas locales y recorrió pueblos del país en busca de artesanos y materia prima idónea para sus ideas. |Foto EDH / Miguel LemusLa entusiasta emprendedora ha encontrado con su arte un nicho de mercado de élite. |Foto EDH / Miguel LemusDaniela no solo crea los diseños y los teje, sino que, además, se encarga de toda la gestión comercial de sus obras. Foto EDH / Miguel LemusEn el taller en Zaragoza se realiza la elaboración principal. | Foto EDH / Miguel LemusPrevio a la elaboración y el montaje, la pieza es pensada bajo cálculos matemáticos y de diseño, dependiendo del espacio que vayan a ocupar. |Foto EDH / Miguel LemusLa joven microempresaria brinda tres empleos directos, otros siete indirectos y anhela continuar creciendo. |Foto EDH / Miguel LemusEl objetivo de Daniela estuvo claro desde el inicio, quería crear arte textil contemporáneo y «elevarlo a un nivel que dialogara con la arquitectura de lujo». |Foto EDH / Miguel LemusEl taller de Navir se localiza en Zaragoza y en él trabajan tres artesanas que son de la zona. |Foto EDH/Miguel Lemus. |Foto EDH / Miguel LemusDaniela cuenta que aunque disfrutaba su trabajo como arquitecta, en el que llevaba nueve años, «se sentía vacía de propósito» y decidió dejar atrás la oficina e iniciar su aventura con los hilos. |Foto EDH / Miguel LemusA pesar de las dificultades de envío, la experiencia le ha ido ayudando a encontrar mejores métodos, además de formas de empacar y alianzas que le han permitido mejorar las exportaciones y la logística. |Foto EDH / Miguel LemusWendy, Claudia y Jenny son las tres artesanas que, junto a Daniela elaboran monumentales tapices que decoran los sitios más exclusivos. |Foto EDH / Miguel Lemus
