Sonsonateca no estudió por diferentes dificultades que atravesó su familia, quien residía en el área rural. Su sueño fue convertirse en enfermera
Sonsonateca no estudió por diferentes dificultades que atravesó su familia, quien residía en el área rural. Su sueño fue convertirse en enfermera
Cristina Gómez García de pequeña soñó con convertirse en enfermera; pero no pudo cumplirlo por diferentes adversidades, entre ellas, el nivel de pobreza en su familia y porque para llegar a la escuela tenía que caminar cuatro kilómetros por veredas y cruzar un río.
A sus 76 años, se dedica a las tareas domésticas. No trabaja, aseguró; sin embargo, desde temprano, invierte su tiempo en limpiar su casa, lavar platos y ropa, cocer el maíz para luego caminar más de 15 minutos al molino para convertirlo en masa y elaborar las tortillas para los alimentos que prepara para ella y su hijo.
Por su edad, reiteró, ya no le dan trabajo en las fincas que es la principal fuente de empleo que existe en el cantón Las Peñas, en el distrito de Santa Catarina Masahuat, municipio de Sonsonate Norte.
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Ahí vive de colono, junto a su hijo, quien gana $7 diarios cuando logra que lo contraten en las fincas.
El trabajo no es de todos los días; 3 o 4 veces a la semana porque las fincas, donde tradicionalmente cultivaban café, están siendo abandonadas por sus propietarios.
La Encuesta de Uso del Tiempo 2022 del Banco Central de Reserva (BCR), indica que, a nivel país, las mujeres de 12 años o más invierten 6:20 horas diarias en el trabajo no remunerado, contra las 3:45 horas del hombre.
Sin embargo, cuando dicho indicador se desglosa por área geográfica se consigna que las mujeres del campo realizan trabajo no remunerado por 7:04 horas al día; mientras que el hombre, 4:11.
Además, a nivel nacional, la mujer invierte 02:09 horas diarias en la preparación y servicio de comida. El hombre apenas invierte 00:49 de su tiempo diario.
Cristina tiene nueve años de vivir con su hijo, aunque siempre ha residido en el área rural del referido distrito.
Reconoció que vivir en dicha zona geográfica siempre ha sido difícil, por el tema de transporte, acceso a la salud y educación.
Como en otras zonas rurales del país, las personas que residen en Las Peñas deben de cancelar hasta $30 para que un vehículo los lleve hasta un centro asistencial, en el distrito de Juayúa, cuando se enferman.
Para ir a la ciudad pagan entre $3 y $5 a vehículos del transporte alternativo, dependiendo la hora y la cantidad de pasajeros.
“Por la edad ya no me dan trabajo, vivo con mi hijo de 50 años. Aquí no trabajan perenne, por día les dan”, relató. Su hijo es albañil, de oficio, pero ante la falta de trabajo en la zona debe de laborar, para terceros, cultivando milpa.
“Me hubiera gustado haber estudiado para enfermera; pero no se pudo, había mucha pobreza”
Cristina Gómez García
Residente del área rural
El VII Censo de Población y VI Censo de Vivienda 2024, realizado por el Banco Central de Reserva (BCR), señaló que en el país hay 86,398 personas que se dedican al trabajo doméstico.
De esa cifra, 73.686 son mujeres y 12,712 hombres.
En el distrito de Santa Catarina Masahuat, 329 personas se dedican al trabajo doméstico; sólo seis de ellas son hombres.
El Censo también establece que 67,186 salvadoreños son trabajadores familiares sin sueldo. De esa cifra, 25,280 son mujeres y el resto hombres.
“El estudio hace falta hoy… La vida en el campo es costoso, es matón trabajar, no es fácil trabajar en finca, más con la cuma, se arrepiente uno hasta última hora no haber estudiado pero como no se pudo”, reconoció la septuagenaria, quien por dos meses asistió a primer grado.
Ella no aprendió a leer y escribir.
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Cristina recordó que, hace años, el trabajo en las fincas era permanente; pero ahora, los dueños de las fincas han dejado de cultivar.
Recordó que de joven se dedicaba a abonar y cortar café. Ahora su tiempo lo dedica a los oficios domésticos.
A diario pasan limitantes. “A veces se come pollo”, reconoció ya que para comprar una gallina india debe de invertir $10, dejando de cubrir otras necesidades en el hogar.
El menú principal son frijoles, huevos y queso.
Los $7 que gana su hijo por el día trabajado, cuando lo contratan, deben ser bien administrados.
En su vivienda no puede criar gallinas ya que el gato de monte y los abundantes gavilanes que hay en la zona, rodeada de árboles, se los comen.
A pesar de las adversidades económicas y los problemas de salud en los riñones, recibe con una sonrisa a sus vecinos y desconocidos que transitan por la calle de tierra (y una parte recién pavimentada) que une a los distritos de Salcoatitán y Santa Catarina Masahuat.
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