El colombiano prendió el estadio Mágico González con un show de grandes éxitos, luces, energía y con la conexión única con los miles de asistentes.
El colombiano prendió el estadio Mágico González con un show de grandes éxitos, luces, energía y con la conexión única con los miles de asistentes.
El estadio Jorge “El Mágico” González de San Salvador se convirtió en una fiesta urbana la noche del sábado 23, cuando Maluma, el ídolo colombiano, aterrizó con su “+ Pretty + Dirty World Tour”.
Miles de fanáticos vivieron un espectáculo cargado de energía, sensualidad y sorpresas que reafirmó por qué el artista de Medellín es uno de los referentes de la música latina en el mundo.
Desde temprano, las inmediaciones del estadio se llenaron de camisetas, gorras y carteles con frases como “Maluma Baby”.
La expectativa era alta. Su espectáculo fue parte de una gira mundial que ya había conquistado Monterrey y Guadalajara (México) con shows de gran despliegue visual y un repertorio que combina lo mejor de sus inicios con sus nuevos hits.
A las 9:00 de la noche en punto, justo cuando la lluvia dejaba de caer, las luces del “Mágico” se apagaron y comenzó el show. El público estalló en gritos cuando apareció Maluma, vestido con un jeans beige y una chaqueta negra con rayas blancas que resaltaba con los juegos de luces. Desde el primer acorde de “Borro cassette”, quedó claro que la velada sería inolvidable.
Dos horas de euforia
El espectáculo se extendió por unas dos horas, tiempo en el que Maluma hizo un recorrido musical por su carrera.
El setlist incluyó 27 canciones, un verdadero maratón que no dio respiro a sus fanáticos.
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Los primeros momentos fueron un repaso de sus inicios: “El perdedor”, “Obsesión” y “Miss independent” hicieron cantar a los más fieles que lo siguen desde hace más de una década. Luego, la atmósfera cambió con “Carnaval” y “Marinero”, donde el colombiano demostró su versatilidad vocal al pasar de la fiesta a la balada romántica.
Con “Vente pa’ ca” y “Corazón”, el estadio se convirtió en una pista de baile, mientras que con “Chantaje” y “Cuatro babys” el nivel de adrenalina subió aún más.
La puesta en escena estuvo reforzada por sensuales bailarinas, efectos de pirotecnia y pantallas que mostraban imágenes impactantes, un sello de la gira que ya había sorprendido en México.
Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con “ADMV”. Con el estadio iluminado por miles de celulares, Maluma agradeció el cariño del público salvadoreño y dedicó la canción a “todas las personas que creen en el amor verdadero, el que dura para siempre”.
Ese momento fue aprovechado por una pareja de enamorados, quien se comprometió teniendo como testigos a los miles de asistentes y al mismísimo Maluma.
El estadio se estremeció cuando sonaron los acordes de “Felices los 4”. El coro se convirtió en un gigantesco karaoke colectivo que hizo temblar el estadio capitalino.
Poco después llegó “Hawái”, probablemente su éxito más global, que fue coreado con tanta fuerza que Maluma dejó de cantar por unos segundos para escuchar al público salvadoreño.
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“San Salvador, ustedes están a otro nivel”, gritó el artista, mientras sonreía visiblemente emocionado.
Además de sus clásicos, Maluma incluyó varios de sus sencillos más recientes: “Sobrio”, “Bronceador” y “Coco loco”, que encendieron a las nuevas generaciones que lo siguen en TikTok y Spotify.
El colombiano no escatimó en producción. Cada canción tuvo su propia propuesta visual, con cambios de vestuario, incluyendo una camiseta alusiva a El Salvador , y coreografías distintas.
Un show de conexión total
Más allá de la música, Maluma demostró que sabe cómo conectar con el público. Por varios minutos bajó del imponente escenario y cantó en uno más pequeño, ubicado a medio engramillado. Luego de actuar en ese reducido espacio se dirigió de nuevo al gran escenario, en ese trayecto se tomó selfis y les etrechó la mano a los fans de las primeras filas.
El artista no perdió oportunidad para agradecer a sus seguidores.
“¿Saben cuándo fue la última vez que estuve en El Salvador? Fue hace diez años. Gracias por tanto cariño”, expresó el cantante de 31 años.
El cierre perfecto
La fiesta terminó pocos minutos antes de la 11 de la noche con un tema que resume la vibra fiestera y desinhibida que Maluma quiso transmitir en este concierto. Entre fuegos artificiales, confeti y el eco de miles de voces cantando, el colombiano se despidió prometiendo volver pronto.
El público salió del estadio con sonrisas, sudor y la certeza de haber sido parte de un espectáculo de talla internacional.
Con este show en El Salvador, Maluma reafirma la magnitud de su “+ Pretty + Dirty World Tour”, una gira que ha mezclado lo mejor de su faceta romántica y fiestera con una producción a la altura de los grandes artistas globales.
El “pretty boy” no solo cantó, también regaló una experiencia que confirmó que sigue siendo, sin discusión, uno de los reyes de la música urbana latina.
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