Isabel Dada (1941-2017) es recordada como una de las grandes actrices de El Salvador, una mujer que dedicó su vida a las artes escénicas y se convirtió en referente del teatro nacional. Su trayectoria no solo fue artística, sino también histórica: abrió caminos en un país donde la cultura enfrentaba dificultades y escasos apoyos.
Nacida en San Salvador un 11 de septiembre de 1941, Dada descubrió desde joven su vocación por la actuación. Inició su carrera en la década de 1960, participando en montajes teatrales que marcaron época y que la colocaron entre las figuras más destacadas de las tablas. Su disciplina, talento y pasión le permitieron sostener una carrera de más de medio siglo, en la que dejó una huella imborrable.
Su nombre se asocia directamente con el resurgimiento del teatro en El Salvador durante los años 70 y 80, cuando compañías independientes buscaban mantener viva la cultura pese a la guerra civil. Dada formó parte de montajes memorables que se presentaron en espacios como el Teatro Nacional y en salas alternativas, desafiando la censura, la violencia y la precariedad de recursos.
Conocida como la “gran dama del teatro salvadoreño”, también tuvo participación en producciones internacionales, donde interpretó personajes que conectaron con el público popular. Su estilo versátil le permitió pasar de la comedia ligera al drama profundo, siempre con un compromiso absoluto con su arte.
Foto: imagen de carácter ilustrativo no comercial/ escena de «Antes la lluvia»
Una de sus participaciones más recordadas es «Los peces fuera del agua» (1969), dirigida por José David Calderón, considerada el primer largometraje de ficción totalmente salvadoreño, y que se basa en la obra de Jean Paul Sartre, así como su última película «Antes la lluvia» (2022), dirigida por Brenda Vanegas.
Isabel Dada recibió numerosos reconocimientos en vida. Entre ellos destacan homenajes de instituciones culturales y premios a su trayectoria, que la consolidaron como un símbolo de la resistencia artística en el país. Incluso después de su fallecimiento en 2017, su figura sigue siendo inspiración para nuevas generaciones de actores y actrices.
Hoy, su legado permanece vivo no solo en quienes la vieron en escena, sino también en la memoria cultural salvadoreña. Dada no fue únicamente una actriz: fue una mujer que, a través del teatro, le dio voz a una época y demostró que el arte es una forma de resistencia y esperanza.
