Después de algunas clínicas de baloncesto que desarrolló en los últimos meses en el país, el coach argentino Alejandro Bernat encontró en el oriente del país el potencial para conformar un equipo que pueda representar de gran forma su idea y visión del juego de las canastas.

Actualmente se encuentra terminando un campamento que ha durado cerca de dos meses para afinar al que puede ser el primer equipo de la ciudad de San Miguel en jugar la Liga Mayor de Baloncesto Femenino (LMBF), dependiendo del proyecto que se logre consolidar en la ciudad migueleña.

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«Básicamente lo que más me impresionó las ganas que tenían por aprender, el respeto, las ganas de entrenar, la disciplina de decir quiero aprender algo nuevo. Siempre digo que para un entrenador ver a un jugador o una jugadora con ganas de aprender es la llama más importante para que uno tenga ganas de enseñar», afirmó Bernat a EDH Deportes.

La idea del proyecto es poder lograr los patrocinios necesarios para que el equipo pueda llegar a la LMBF el próximo año, algo que para Bernat significa «un proyecto ambicioso, aparte de desafiar esto de que cuando yo vine a San Miguel me decía acá no llega nadie, me decía la gente de Oriente. Es un proyecto que para las jugadoras de Oriente es totalmente gratuito», indicó.

Ese trabajo está siendo liderado por el ingeniero Roberto Herrera, en su calidad de director deportivo, así como al licenciado Pereira Olmos y su asistente en la cancha, que es el migueleño Pedro Guzmán.

¿Cómo se conformaría el equipo? «Hay que traer refuerzos, porque obviamente hay que traer, pero que la base del 70-80% sean jugadoras de acá de San Miguel. Más allá del resultado, yo creo que para la afición y para la gente que vive en San Miguel, sería muy importante llegar a la cancha Álvarez y ver en la duela jugando a las jugadoras de su ciudad, que nacieron acá. Para mí es una parte muy importante que va a la parte de lo deportivo también«, afirmó.

Esta preselección que están conformando Bernat y Guzmán tiene señoritas desde los 15 hasta los 30 años de edad, que esperan se puedan acoplar al ecosistema competitivo del país, que en su perspectiva tiene como oportunidad de mejora la potenciación del talento nacional y que la liga sea un semillero para la selección nacional.

Finalmente, el entrenador con más de 30 años de experiencia en el deporte de las canastas asegura que «lo mío es aportar un granito de arena a eso, estar siempre abierto a compartir conocimientos con los entrenadores de El Salvador, poder aprender de los entrenadores de acá, poder también dejar algo de lo que traigo yo del básquet argentino». Un proyecto que está creciendo y espera ver la luz en las duelas el próximo año.