La presión humana, en proyectos de infraestructura, fríamente quieren relegar los ecosistemas, entre ellos el hábitat del mono araña.
La presión humana, en proyectos de infraestructura, fríamente quieren relegar los ecosistemas, entre ellos el hábitat del mono araña.
El pasado lunes 20 de octubre, en este muy leído medio escrito, se publicó un bonito e interesante reportaje titulado «En peligro uno de los últimos refugios del mono araña» por la periodista Jessica Orellana; me hizo recordar la primera vez que yo pude apreciar a estos primates en libertad fue a finales de los noventas en la selva del Petén en Guatemala, con sus largos brazos y colas prensiles que pasaban de un árbol a otro con el trasfondo de los grandes templos mayas de Tikal. Después los pude ver en zoológicos y en cautiverio (muy lamentable).
La expansión de la agricultura en nuestro país va arrinconando al mono araña (Ateles geoffroyi). En el reportaje podemos ver una imagen de una casa abandonada (en el área de reserva natural protegida de Chaguantique) que era la casa comunal al inicio del proyecto, actualmente está enmontada, invadida por la naturaleza y que nos demuestra que hay desinterés y no hay un seguimiento consciente por parte de organizaciones e instituciones ante éstos importantes proyectos de conservación.
Según el reportaje, el mono araña en El Salvador posee 4 grandes refugios, áreas naturales protegidas :Nacascolo, Normandía y El Tercio; también hay registros en la laguna de Olomega y en Jucuarán, Usulután. Es interesante que en un mapa de registro de avistamientos, en punto rojo, están: el Parque Nacional Montecristo, la Isla Montecristo y la Laguna de Alegría, Conchagua.
Hay que recalcar que la salud del poco bosque que queda la presencia del mono araña indica que hay esperanza en la estabilidad ecológica de la zona. En caso de extinguirlos sería sumamente grave y daño irreversible al medio ambiente y a la comunidad.
Tenemos la mala costumbre de creer que estas especies son mascotas y las capturamos para darles una pésima calidad de vida. Las crías, al ser separadas de sus madres, no tienen oportunidad de sobrevivir, pierden la capacidad de comunicarse, no pueden reproducirse y eso rompe el ciclo de la preservación de la especie.
La categoría legal del área natural protegida de Chaguantique es de «Área de manejo de hábitat», también es centro de conservación de aves migratorias y de otras especies faunísticas y de flora.
¿Qué amenazas se han detectado?
Fallas de datos y falta de actualización de condición actual del área protegida a pesar de que los periodistas solicitaron información al MARN, además uso indiscriminado de agroquímicos, incendios y tala selectiva.
Recordemos: el mono araña está en peligro de extinción en El Salvador (Diario Oficial No. 181, tomo 409) también las áreas protegidas (ANP) en El Salvador cubren apenas el 3.51% del territorio nacional.
Una propuesta innovadora
Ojalá podamos coincidir con las autoridades, las organizaciones, los cooperantes, ambientalistas, sector privado, turismos, etc. En dirigir nuestra mirada a un solo objetivo :Salvar al mono araña de la extinción.
El estándar VERRA (VCS +CCB) puede ser una solución real mediante la certificación de proyectos de carbono forestal y biodiversidad.
Permite que un área protegida o una reserva privada sea reconocida internacionalmente por la captura de carbono y los servicios ecosistémicos qué brinda. Desde la regulación del Clima hasta la conservación de especies en peligro.
Es importante que el hábitat del mono araña pueda transformarse en un proyecto de reducción de emisiones por deforestación y degradación (REDD+), generando créditos de carbono certificados qué pueden ser vendidos en mercados voluntarios.
La buena noticia es que las comunidades, propietarios de tierras e instituciones podrían recibir ingresos económicos y sostenibles para la conservación del bosque (las 78 Mzs qué son del Estado).
Es importante que el hábitat del mono araña pueda transformarse en un proyecto de reducción de emisiones por deforestación y degradación (REDD+) generando créditos de carbono certificados qué pueden ser vendidos en mercados voluntarios.
La buena noticia es que las comunidades, propietarios de tierras e instituciones podrían recibir ingresos económicos y sostenibles para la conservación del bosque (las 78 Mzs qué son del Estado)
Actores qué se pueden vincular a este modelo de conservación son: MARN, MAG, las universidades, cooperantes internacionales, BID, PNUD, podrían fortalecer mecanismos de monitoreo y transparencia.
La presión humana, en proyectos de infraestructura, fríamente quieren relegar los ecosistemas, entre ellos el hábitat del mono araña.
Incorporar estos territorios a un proyecto VERRA podría cuantificar los beneficios sociales y de biodiversidad. Atraer inversión internacional verde genera co- beneficios socio económicos con comunidades locales y guarda bosques (o recursos) . Sin duda VERRA es una herramienta quebrinda esperanza en cuanto a legitimidad técnica y es además una oportunidad concreta de financiamiento climático para El Salvador.
Invito a los periodistas, lectores, tomadores de decisiones, políticos, a pasar del reportaje a la acción, inscribir este proyecto en dicha plataforma y como país demostrar que podemos estar a la altura de la conciencia ecológica al igual que : Costa Rica, Colombia, Panamá, Brasil, etc. No permitamos que el mono araña se extinga en nuestro país.
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