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Otoniel Guevara: «Salarrué es infaltable, pero igual no se ha dimensionado el alcance de su OBRA…»

El Gran Maestre en poesía de El Salvador, Otoniel Guevara, concibe que el legado de Salvador Salazar Arrué, «Salarrué», al país es monumental, pero lamentablemente es una valiosa herencia que ha sido condenada al olvido.

Salarrué y el poeta y periodista salvadoreño Otoniel Guevera

Otoniel Guevara, creador del Proyecto Editorial La Chifurnia y el Taller Literario Xibalbá, es pieza clave detrás del rescate de la obra de Salarrué que se ha dividido en cuatro libros.

En entrevista vía mensajería con El Diario de Hoy, el editor, poeta y periodista salvadoreño aborda los desafíos filológicos y el activismo cultural de esta iniciativa concebida junto a Carlos Cañas Dinarte, que pretende rescatar las facetas inéditas del famoso autor de «Cuentos de barro» y «Cuentos de cipotes». 

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¿Cuál es el criterio editorial y metodológico que La Chifurnia, en colaboración con Cañas Dinarte, ha empleado para reconstruir y depurar textos como «Motivos Breves» o «La Cadena»?
Nuestro criterio editorial se centra en el rescate de notables obras literarias salvadoreñas. La metodología es definida por Cañas Dinarte mediante acuciosos estudios que espulgan y contratan toda la información que logra descubrir. Seguridad de que se genere a partir de estas publicaciones un nuevo estándar es una noticia que seguramente nos proporcionará el tiempo. La inminente destrucción del acervo bibliográfico nacional que no se verifica de ninguna manera en las instalaciones del nuevo bólido conocido como BINAES nos hace pensar que estas ediciones podrían resultar en un despegue del rescate global de nuestra historia literaria, tremendamente echada a perder a la fecha por las necesidades destructivas de actual gobierno.

Escritor y pintor salvadoreño Salarrué
Portadas y contraportadas del libro «Motivos breves». | Foto: cortesía Carlos Cañas Dinarte

El volumen de ciencia ficción y el de teatro exponen facetas menos conocidas de Salarrué: el teósofo, el lúdico, el dramaturgo infantil. ¿Qué implicaciones tiene para el panorama literario regional el rescate y publicación de esta diversidad temática y genérica que demuestra que él trascendió la imagen canónica de costumbrista?
Me aterroriza el término «panorama literario centroamericano». Es que yo lanzo una mirada al horizonte y lo que aprecio es un páramo. Lo más seguro es que sea un ignorante intratable, pero al mismo tiempo me considero un lector por encima del promedio de los 50 y tantos millones de personas que habitamos esta región, y me da terror constatar la robusta ignorancia e indiferencia respecto a nuestros más caros autores literarios. Porque yo no concibo una literatura para académicos, en mi cabeza la belleza debe ser de consumo popular y desde hace muchos años vengo insistiendo en que debe incluirse en la canasta básica de cada ciudadano.

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Respecto a Salarrué, la ingratitud institucional es demasiado grosera. Pero lo mismo pasa con otros autores y con nuestra literatura centroamericana en el concierto continental (ya no digamos en el mundial). Abrimos con entusiasmo cualquier antología o recopilación de narrativa o poesía latinoamericana hispanoamericana y nos quedamos buscando los nombres de nuestra región y la verdad no pasan de los «clásicos», algunas veces metidos a la fuerza. Salarrué es infaltable, pero igual no se ha dimensionado el alcance de su OBRA, que es monumental.

¿Qué significado tiene para La Chifurnia, en términos de misión y activismo cultural, ser el motor de este rescate de Salarrué, y cómo se gestionan los riesgos y la logística de publicar obras con tiradas limitadas de alto valor investigativo?
Para La Chifurnia es de un orgullo indecible. Si bien uno de los objetivos de una editorial es económico, para nosotros, por encima de eso está lo cultural. Debido a las obstinadas deficiencias financieras, debemos alegrarnos con imprimir tiradas cortas de grandes libros. Un día don José, un amigo de Tegucigalpa, me dijo un frase que me sacudió la perspectiva respecto a los recursos: «Por pisto no se preocupe, Otoniel, que pisto nunca hay». Y es cierto. Y con eso claro nos seguimos lanzando en estas marejadas para que no se diga que en estos tiempos libros no hubo.

Escritor y pintor salvadoreño Salarrué
Portada y contraportada del libro «La visita y otras piezas de ciencia ficción». Foto: cortesía Carlos Cañas Dinarte

¿Cuáles son los próximos pasos clave en términos de distribución, estrategia digital y alianzas que pretenden garantizar que estos cuatro volúmenes alcancen no solo a los académicos, sino al lector joven de El Salvador y a la diáspora?
Por ahora los retos se centran en la distribución, para lo cual estaremos en busca de alianzas que nos permitan llegar a los compatriotas en El Salvador en donde se encuentren. Con lo digital nos afanaremos después. Lo cierto es que este material encontrará los cauces que merece, pondremos nuestro mejor esfuerzo en ello.

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