Llegar al punto de embriagarse lleva a la persona a descontrolarse, a cometer delitos o accidentes y hasta hacer el ridículo.
Llegar al punto de embriagarse lleva a la persona a descontrolarse, a cometer delitos o accidentes y hasta hacer el ridículo.
Las más recientes investigaciones reconfirman un contundente hecho: el alcohol en exceso daña el organismo, se trate de copas de vino y no digamos emborracharse con frecuencia.
No hay «bebidas sanas» si se abusa, se trate de cerveza artesanal, whiskies añejos y ni siquiera el «chaparro», las bebidas que nuestros antepasados elaboraban fermentando maíz.
Según los arqueólogos, la cerveza fue inventada hace más de cuatro mil años y beberla era usual entre los antiguos egipcios y seguramente la mayoría de civilizaciones tenían una u otra forma de ella.
Parte del pago de los trabajadores en la época de los faraones y seguramente antes era con cerveza, granos para comer y, los más afortunados, algo de sal ya que, además de ser un aderezo, contribuía a preservar alimentos.
La sal hizo famosas las cuevas en Austria (de allí el nombre de SALZburgo ), siendo uno de los factores que llevó a la fundación de Múnich al sur de Alemania: controlaban mucha sal, que en esos tiempos valía casi como el oro.
Llegar al punto de embriagarse lleva a la persona a descontrolarse, a cometer delitos o accidentes y hasta hacer el ridículo. La Biblia enseña que Noé, el del arca y el Diluvio, se emborrachó al punto que se quedó desnudo y sus hijos se burlaron de él…
Una de las causas del viaje del judío catalán Cristóbal Colón a América fue intentar llegar al oriente de Asia para hacerse de «especias» como la sal, la pimienta, el clavo, alcanfor y similares, pues con esos ingredientes podían elaborarse salchichas y embutidos para preservar la carne, sobre todo en los meses invernales, lo que obviamente ya no es necesario gracias a los frigoríficos, aunque muchas familias en muchos países con inviernos fríos recogen vegetales y los preparan con sal y otros componentes para comerlos en ese tiempo.
Los osos, por su parte, tienen una sabia solución: hibernan, se meten en lugares seguros y viven de la grasa de sus propios cuerpos.
De acuerdo con muchos, el vino tiene componentes que contribuyen a la salud corporal, lo cual es cierto, pero además de que sería necesario tomarse galones de vino, con frecuencia el perjuicio al organismo se mantiene si es en exceso, «nos guste o no nos guste» como solía decir el ya difunto saqueador Mauricio Funes, el mismo ebrio de poder al que muchos llegaron a ver como su «mesías».
Muchas personas encuentran que tomarse «una copita» al final del día para bajar tensiones, quitarse estrés, compensa cualquier perjuicio.
A fin de cuentas el organismo es un enorme, casi infinitamente complejo de órganos relacionados entre si, pues los nuevos microscopios revelan que UNA célula de nuestro cuerpo es casi un pequeño universo… que el cuerpo humano sea lo que es y lo que también se puede decir de un gatito y una lombriz, despierta en cualquiera una emoción muy grande.
Como lo hemos dicho y repetido muchas veces, los griegos sentaron lo que es una sabia regla de vida: nada en exceso, pues tan malo es «echarse tragos» en demasía como comer sin medida, un exceso que como «gula» esta entre los siete pecados capitales.
Para estar sano, no estar expuestos a males, disfrutar la vida… la moderación, el ejercicio cotidiano, que puede ser caminar alrededor de la cuadra unas cuantas veces o subir escaleras, es un buen hábito que compensa el tomarse un par de cervezas durante la semana…
Queremos anotar un hecho muy grave: han pasado casi seis meses desde que el jurista Enrique Anaya y la defensora de derechos humanos Ruth López fueron capturados y no han sido liberados pese a la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos…
Pero la gente de bien en esta tierra sabe que ambos fueron capturados, no porque hayan cometido delito realmente, sino para enviar un mensaje a quienes cuestionan los abusos del régimen y sus figurones…
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