Light
Dark

La proeza de Colón y nuestra herencia española

Esta Casa Editorial honra con orgullo nuestra herencia hispana y el designio de la Providencia de tener a España como Madre Patria

Un nuevo Día de la Hispanidad se celebró el domingo 12 de octubre, en recuerdo de cuando en 1492 Cristóbal Colón desembarcó en la isla de Guanahaní que denominó San Salvador (no confundir con un país muy pequeño que la mayoría de sus habitantes ama) después que desde lo alto del mástil de la nave La Pinta, Rodrigo de Triana gritara «¡¡¡Tierra!!!»  (la gente en su inmensa mayoría no tenía apellidos, sino que se les llamaba de acuerdo con su lugar de nacimiento, como el gran escultor Juan de Bolonia se convirtió en Giambologna, dejando su huella en varias ciudades y particularmente en Florencia, Italia).

Ahora resulta que el gobierno estadounidense designó el 13 de octubre como el Día de Colón y no saludó la herencia española o hispánica sino «italiana» porque se dice que el Descubridor era originario de Génova, aunque la travesía fue patrocinada por los Reyes Católicos.

Esta Casa Editorial saluda y honra con orgullo nuestra herencia hispana, el idioma, costumbres, ciencia y el designio de la Providencia de tener a España como Madre Patria.

Según historiadores, hubo varios «descubrimientos» de América antes de Colón, pero el de él fue el más crucial para la humanidad. Grupos humanos cruzaron el estrecho de Bering, entre Alaska y Siberia, dando origen a las etnias indígenas del norte del Hemisferio, en igual forma como los vikingos, bajo la dirección de Leif Erikson, llegaron a Labrador y posiblemente bajaron por las costas del Atlántico, lo que dio origen a la leyenda de Quetzalcóatl,  un dios de pelo rubio y ojos azules que más tarde los indígenas mexicanos creyeron ver en Don Pedro de Alvarado, rubio y de ojos azules y que de acuerdo con diversas fuentes históricas, fue lesionado en una pierna por la flecha del príncipe Atonal en la batalla de Acaxual (actual Acajutla) y quedó cojo.

Por su parte, el noruego Thor Heyerdahl organizo una expedición con naves fabricadas siguiendo modelos de las técnicas prevalentes hace cientos de años en los países del sur del Asia, que unían troncos con cuerdas, adaptaban velas y seguían las corrientes marítimas para adentrarse en el inmenso océano Pacífico. La diferencia es que Heyerdahl hizo el viaje a la inversa: salió del puerto peruano del Callao y navegó hacia las costas bajas de Asia, alimentándose con peces que capturaban y recogiendo agua de lluvia. Que se puede sobrevivir a la deriva en el mar lo demostró un salvadoreño, José Salvador Alvarenga, quien en 2014 fue arrastrado en su bote, estuvo 14 meses en alta mar y al volver se encontró que habían montado un demanda en su contra.

Hasta la Biblia enseña desde siempre que la Tierra es redonda

Colón había venido estudiando mapas y descripciones del océano, sabiendo que la Tierra era una esfera, lo que inclusive al día de hoy disputan grupos que creen que es plana, lo demuestra que toda posible charlatanería encuentra seguidores y explica entre otros hechos la proliferación de sectas e «iglesias». Pero hasta la Biblia enseña que la Tierra es redonda: «Cuando el Señor asentaba los cimientos de la Tierra… yo jugaba con la esfera de la Tierra, y mis delicias están con los hijos de los hombres», dice el libro de Proverbios citando a la Sabiduría de Dios plena y personificada, Jesucristo, en cuya honra se construyó la Basílica de la Santa Sofía (Sabiduría) en Constantinopla (ahora Estambul) y actualmente convertida en mezquita.

Un hecho incontestable es que los indígenas del norte del Hemisferio son mucho más creativos que los del sur, lo que llevó a que un país sudamericano importó familias mayas para despertar entre su población la capacidad artística de la que carecían, pese a las bellas figuras modeladas por los incas en Nazca y los grandes dibujos sobre el desierto que solo se aprecian desde muy alto, un enigma que no se ha resuelto al día de hoy…

Suscríbete a El Diario de Hoy
Patrocinado por Taboola