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Movilidad urbana: hasta la IA sabe cómo

En los departamentos de San Salvador y la Libertad hay 890,611 vehículos automotores.

La población total de El Salvador, según el último censo, asciende a 6,029,976 habitantes; 2,329,250 residen en los departamentos de San Salvador y La Libertad, lo que representa el 38.63% de la población. Según información disponible en internet, en el área metropolitana de San Salvador circulan 9,559 buses y microbuses de transporte público. La calidad del transporte público es muy mala, por eso mucha gente viaja en vehículos particulares. En los departamentos de San Salvador y la Libertad hay 890,611 vehículos automotores. En todo el país hay 1,983,922 vehículos automotores. El tráfico vehicular es caótico. Un viaje de un pueblo de los alrededores a la ciudad de San Salvador (24 kms. de distancia) demora 2 horas en vehículo particular. 

Estos datos ilustran el problema de la movilidad urbana en el gran San Salvador. A estos se les pueden agregar otros de experiencias individuales. Vivo en un pueblo al sur de San Salvador, de esos que por ocurrencia presidencial dejaron de ser municipios y hoy son distritos, sin que eso significara ninguna mejora para sus pobladores. Como trabajo en la Universidad de El Salvador, debo viajar todos los días, madrugar, mejor dicho. Aun así, en días normales demoro 2 horas. Si hay un percance vial puede ser más. Con suerte, al regreso demoro una hora. Asumiendo que trabajo 8 horas, es más, por decisión personal, resultaría que gasto viajando 3 horas diarias, eso equivale al 37.5% de la jornada laboral. Alguien diría que soy afortunado: viajo en vehículo propio, lo cual me evita viajar apiñado y maltratado en los microbuses de mi pueblo y soportando la música estruendosa y vulgar de estilo entre el gremio de choferes. Si la cosa se pone fea, uso aire acondicionado, y mato el tiempo del atasco escuchando buena música, o mejor aún, un audio libro. Imagínese usted la rutina diaria del grueso de trabajadores salvadoreños viajando en transporte público y con horarios estrictos, de esos que implican descuento y sanciones por cada llegada tarde. 

Pensé, algo hay que hacer, le di los datos arriba apuntados a una IA, y le dije que actuara como experto en movilidad urbana y elaborara cinco propuestas; justificando cada una. 

Omito las justificaciones por espacio y obviedad. Aquí están los resultados:

    1. Implementación de un sistema de transporte público masivo: construcción de carriles exclusivos y segregados para buses (Bus Rapid Transit – BRT) en las principales arterias del AMSS, especialmente en los corredores de alta demanda (como el eje Ilopango – Centro – Santa Tecla) y el de Apopa-Centro-San Marcos. El sistema debe incluir estaciones cerradas, pago sin efectivo (tarjeta prepago), buses de alta capacidad y bajas emisiones (eléctricos o híbridos) y una operación centralizada y programada.

    2. Reestructuración de rutas y modernización de la flota de buses: eliminar la competencia y superposición de rutas actuales, migrando a un modelo tronco-alimentador. Las rutas principales y más largas se integrarían al nuevo BRT (Troncales), mientras que las rutas secundarias y de barrios (alimentadoras) trasladarían pasajeros a las estaciones BRT o a puntos nodales de transferencia. Se debe exigir la renovación total de la flota de buses y microbuses por vehículos modernos, seguros y con aire acondicionado (licitaciones con estándares de calidad).

    3. Establecimiento de horarios escalonados de entrada y salida: implementar, mediante acuerdos o regulaciones, horarios de entrada y salida escalonados para la administración pública, la empresa privada y las instituciones educativas.

    4. Gestión inteligente de tráfico y priorización semafórica para el transporte público: modernizar la red de semáforos del AMSS a un sistema centralizado e inteligente que utilice sensores para monitorear el flujo vehicular en tiempo real. Este sistema debe aplicar prioridad de paso (Green Priority) al transporte público masivo (buses del BRT y alimentadores) y a los vehículos de emergencia en intersecciones críticas.

    5. Promoción de la micro movilidad y desarrollo de infraestructura peatonal y ciclista: construcción de una red de ciclovías seguras y continuas que conecten centros urbanos y estaciones de transporte masivo (primer y último kilómetro). Simultáneamente, se debe mejorar drásticamente la calidad, seguridad e iluminación de aceras y pasos peatonales, priorizando la movilidad a pie en el Centro Histórico y zonas de alta densidad.

Así de sencillo, así de claro. La IA demoró cinco minutos en hacer la propuesta, y lo hizo gratis. ¿Cuántos millones de dólares se han dilapidado en consultorías y proyectos sobre el tema? ¿Qué hemos resuelto? Confieso que no había considerado el último punto: la micro movilidad peatonal. Tan condicionados estamos a pensar el problema desde la perspectiva vehicular. A lo anterior solo agregaría una regulación para circulación de vehículos de carga y obligación de descarga nocturna en los negocios.

Agrego un comentario adicional. La propuesta de la IA no consideró el tan cacareado metro cable que tanto promueve en redes sociales el gobierno. La explicación es sencilla: Las soluciones a la movilidad urbana deben partir del suelo y del territorio. Del suelo porque somos animales terrestres, que se nos olvida. Del territorio porque deben considerarse sus características y los patrones de poblamiento. Con eso en mente resulta que la apuesta fundamental debe hacerse en sistemas terrestres; el metrocable es complementario y solo en ciertos casos. Pongo un ejemplo: Medellín. 

Esta ciudad tiene un sistema de transporte público, cuya base es el metro y los buses. Estos dos componentes mueven al grueso de la población de la ciudad, situada en un valle atravesado por varios ríos. ¿Por qué el metro cable? Porque la ciudad está rodeada de cerros y son cerros habitados, las famosas comunas que tan bien caracterizó Fernando Vallejo en “La virgen de los sicarios”. Las comunas nutrían de pistoleros a los narcos de Medellín. Eran zonas de mucha pobreza y marginalidad, en donde el transporte público convencional tenía muchas dificultades. El metrocable es solo una prolongación del sistema, y obviamente, este no comenzó con el metro cable, terminó en él. San Salvador no tiene serranías pobladas como Medellín.

¿Por qué entonces, aquí se invierte el orden? La respuesta no es técnica, es política. Mejor dicho, es manejo comunicacional en función de mantener la popularidad presidencial. Ante la incapacidad para dar respuesta integral al problema (los mismos de siempre, dicen); optan por propuestas absurdas, con las cuales convencen a los ingenuos de que sí están trabajando, de que son eficientes. El problema de la movilidad del área metropolitana no está entre Mexicanos y el Centro de San Salvador, eso lo sabe cualquier salvadoreño. Tenía más sentido la propuesta del SITRAMSS. El problema es que una buena idea se puede implementar mal. Además, solo se implementó una parte que iniciaba en un buen lugar (Soyapango), pero terminaba en nada. Obviamente, al FMLN le urgía presentar resultados. Críticas aparte, algo resolvía. ¿Qué queda de eso? Nada. Se tiró a la basura una millonada que estamos pagando aún. Ni siquiera han vuelto a poner las rutas de buses que antes corrían por el carril del SITRAMSS. Por eso seguimos siendo un país subdesarrollado. Dejamos que los políticos, decidan en función de sus intereses. Y hoy el interés es: mostremos algo, entretengamos la opinión pública. ¿Para cuándo las soluciones? Vendrán, así como hoy gozamos de los beneficios de haber construido Ciudad Bitcoin. 

Historiador, Universidad de El Salvador

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