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Richard Hansen: El Mirador «representa uno de los primeros Estados en Mesoamérica»

Desde 1979, el arqueólogo y antropólogo, Profesor del Instituto de Investigación Mesoamericana de la Universidad de Idaho, conduce la misión arqueológica y científica en la Cuenca de El Mirador en la región del Petén en Guatemala.

Richard Hansen

Richard Hansen, Arqueólogo y Antropólogo, Profesor del Instituto de Investigación Mesoamericana de la Universidad de Idaho, es uno de los más famosos especialistas de las civilizaciones mesoamericanas. Dirigió el proyecto de El Mirador, El Tintal y Nakbé desde la primera vez que estuvo en el sitio en 1979. Desde entonces, a través de misiones arqueológicas anuales e investigación en la Universidad de Idaho, se ha vuelto como el mejor especialista del periodo preclásico (2500 AC-300 DC) de la civilización maya, demostrando la importancia de El Mirador en esta historia.

Hansen explica la importancia de la preservación del sitio arqueológico en su ambiente natural, la biodiversidad de la Cuenca del Mirador siendo parte integral de una región que representa la segunda reserva oxigena de América Latina después del Amazonia y la tercera reserva mundial.

Del friso del Popol vuh que habla sobre los mitos de la civilización maya es una de las estructuras más famosa del sitio de El Mirador. Sobre 132 kilómetros cuadrados, son 10,000 estructuras que revelan la fuerza de una civilización. La pirámide de la Danta es la más imponente: son 2.8 millones de metros cúbicos, con un diámetro de 330 metros, es una de las más grandes en volumen del mundo. Superó en 200,000 metros cúbicos la pirámide de Kheops en Egipto.

En una entrevista exclusiva mientras está concluyendo una nueva misión arqueológica que reveló nuevas estructuras, Hansen explica para El Diario de Hoy la importancia que representa El Mirador para un mejor conocimiento del mundo maya, tanto como para América Central. Última selva primaria de América Central en el Petén, se trata además de divulgar la grandeza de la historia, en preservar un sitio natural frágil, expuesto a los peligros que generan los incendios, la deforestación, la presencia del narcotráfico.

¿Qué representa el sitio arqueológico de El Mirador en la historia de los Mayas?

El sitio de El Mirador es una maravilla del mundo maya. Es la ciudad más grande en término de arquitectura monumental, por su volumen y tamaño, a saber 132 km2. Este sitio representa también uno de los primeros Estados en Mesoamérica. Estoy hablando de los primeros signos de ocupación humana, 2600 antes de Cristo. En esta época solo sembraban maíz. Todavía no estaban construyendo.

Para que nos podamos ubicar en la historia, era la época durante la cual Egipto organizó el llamado Antiguo Imperio (3ª hasta 6ª dinastía) periodo durante el cual se construyeron las pirámides de Giza (Kheops, Khefren, Mykerinos). La República de Roa empezó en 509 AC, Pericles en Grecia nació en 495 AC.

Es decir, lo importante que ha sido El Mirador en la historia humana. Tenemos evidencia de unas casas, pero, por cierto, existe un lapso hasta 1200 AC. El Mirador ha sido un sitio bien ocupado con construcciones, plataformas, cosechando productos rurales. Aquí tenemos ciudades que están dentro de las más lejanas de un río o de los mares y a pesar de todo, encontramos caracoles en los suelos húmedos. Estaban aprovechando estos pantanos húmedos que les dio el lodo tan rico y una agricultura tan fuerte que les permitió construir un Estado y pirámides que son de las más grandes en término de volumen, en el mundo. La Danta es el mejor ejemplo.

¿Hoy en día estamos hablando de cuántas estructuras?

El Mirador contiene más de 10,000 estructuras mayores ¡Excavando 10 metros por debajo, encontramos casas con hoyo de poste y cerámicas. La población era mucho mayor de lo que se pensaba. Cerámicas utilitarias completan esta convicción. La población es muy densa en el periodo preclásico (2500 AC-300 DC).

Usted nació en los Estados Unidos, se graduó allá. ¿De dónde viene esta pasión y voluntad en dedicar su vida a la civilización maya?

Desde niño he sido fascinado por las civilizaciones antiguas y particularmente la maya. Nos enseñan la historia, porque es ella la que me interesa y lleva esta voluntad de entender, representar, conocer. Nos puede «divulgar», lo que me parece fantástico. Desde aquí, en El Mirador, se puede agregar una nueva página de la historia del ser humano tal como conocimos civilizaciones de la antigüedad, Roma, Babilonia, Grecia, Egipto, tanto como Asia.

En El Mirador hubo 1000 años AC, existía un Estado, una representación de la vida y del mundo, con una mitología. Con El Mirador completamos nuestro conocimiento de los mayas. Concretamente, cuando se excavó Tikal no se encontraron evidencias pre-clásicas. Todo era visible. Ha sido solamente en 1920 cuando se encontró la primera pirámide en Uaxactun, en El Mirador. Ha sido el único ejemplo de este periodo, siendo de 8 metros. Frente a Tikal se pensó durante más de 40 años en una visión evolutiva que se llegó en Tikal o en Chichen Itza, Palenque, a la complejidad técnica, organizacional después del periodo preclásico que parecía más sencillo y «rústico», basándose sobre el ejemplo de la pirámide de Uaxactun. Nadie había llegado a esta Cuenca de El Mirador todavía. Descubrirla en el final de los años 1970 y trabajando desde entonces permitió completar el conocimiento de las civilizaciones mayas.

No sabíamos lo importante que era el periodo preclásico. En 1979 me asignaron excavar la zona de la pirámide del Jaguar. Me había especializado en arquitectura, razón por la cual me vine a trabajar a este edificio. Encontré cerámicas preclásicas por encima de la pirámide, cuando todos pensaban en aquella época que solo era del periodo clásico (250-600 DC) . ¿Cómo era posible? Estaba muy sorprendido entonces y por eso me quedé para entender esta nueva realidad. Este programa duró hasta 1983 y entonces me fui a Nakbe donde se encontraron 56 ciudades, haciendo mapas.

En el sitio de El Mirador, 1000 años antes de Cristo, existía un Estado, una representación de la vida y del mundo, con una mitología. | Foto EDH/P.D.

¿Usted considera que El Mirador tiene la capacidad de fomentar una nueva atractividad cultural y turística?

Me di cuenta investigando que El Mirador tenía capacidad, gracias a este capital histórico, en atraer gente, un nuevo turismo que podía participar de un desarrollo social para las poblaciones, los grupos étnicos que viven alrededor de la Cuenca. Especialista de los mayas, estoy a la vez viviendo en la realidad contemporánea. Animando misiones arqueológicas, estuve desde el principio convencido de la prioridad en asociar a las poblaciones que viven cerca, prosperando es también como el país que crece. Esto nos da chance de crear un motor de prosperidad para toda la zona.

Despertamos el interés de un conocimiento histórico en Guatemala, pero también en toda Centroamérica. A pesar de los años de guerra, últimamente de la pandemia de Covid-19, seguimos trabajando, intentando reconstituir la historia mesoamericana, parte de la identidad de Centroamérica que tanto queremos. A dos horas de los Estados Unidos existen pirámides, enormes, selvas, volcanes, lagos, comunidades indígenas. Guatemala tiene todo. El Mirador puede ser un motor de oportunidades. Sin dinero público logramos excavar, realizar estudios anualmente.

El científico que soy sabe que si no existe un interés económico no se conservan los sitios que existen. Es la razón por la cual fomentamos un modelo asociando conocimiento histórico, medioambiente social a través de los grupos étnicos indígenas; podríamos participar en la conservación de este capital maravilloso y global: el medioambiente de la última selva primaria de Centroamérica, de su fauna y biosfera, tanto como del patrimonio arquitectural y arqueológico excepcional. Concretamente, el pobre campesino botará el árbol y la selva si no le queda otra opción para sobrevivir.

Es la razón por la cual es tan estratégico pensar un modelo integral para salvar este sitio y con él la reserva natural de la Cuenca de El Mirador. Debemos buscar alternativas creíbles y de sentido común para evitar migraciones, tener mejor educación y salud. Logrando estos objetivos se salva el legado de las poblaciones que viven aquí. He tenido 14 reuniones de presentación con los grupos indígenas que quedaron fascinados y con el deseo en participar de esta preservación de un legado que es el suyo y pertenece a la historia humana.

¿Vio cambios desde sus primeros años de investigación científica en 1979 en el conocimiento histórico?

Por supuesto. La percepción histórica ha cambiado. De «los pobres peregrinos» que vivían en El Mirador descubrimos una civilización, con un modelo evolutivo, apogeo, cambios de organización, ilustrando una complejidad que densificó la historia precolombina. Ya sabemos que aquí había una saga histórica, antes de Roma. Es para mi un placer y un honor poder divulgar al mundo estas realidades.

¿Cuáles son los más relevantes testimonios de esta historia tan rica?

Tenemos maravillas como el friso del «Popol Vuh». Se entiende la importancia de la historia sagrada de los mayas que había sido contada en 1700 después de Cristo, en la civilización cristiana. Aquí tenemos una obra establecida en 300 AC. No es un «documento histórico» contaminado por la conquista española que se lo apropiaron contándolo en el libro del Popol Vuh. Aquí tenemos una obra auténtica, autóctona.

Ya podemos explicar que las diferentes culturas precolombinas son «hermanas» como la olmeca. Lo que descubrimos en El Mirador demuestra que la cultura olmeca tan importante en México tampoco es la cultura matriz de Mesoamérica. Existen culturas hermanas, conociendo de manera simultánea, apogeos, caídas. Encontramos una placa olmeca aquí en El Mirador demostrando que existían intercambios sin que fuesen, por lo tanto, un estilo olmeca. Es maya.

Se tiene que entender y explicar lo que se hizo en una selva tropical hace siglos. En el Mirador, dichas civilizaciones aprendieron a difundir su propia historia a través de grandes calzadas pre clásicas con otras ciudades, formando una red. Nunca se encontrará una calzada que vaya hacia Tikal porque esta apareció 1000 años después de El Mirador. No existen calzadas que vayan hacia Calakmul, aunque estamos en la misma Cuenca, porque Calakmul aparece 1000 años después.

¿A raíz de sus años de investigación, hubo una evolución tecnológica?

Por supuesto. Por ejemplo, en 1989 trabajamos con una tecnología entonces nueva, llamada «estación total» , «total station system». Gracias al láser tenemos una ubicación precisa de los sitios, de las infraestructuras, de las distancias. En 2015 vimos los resultados del trabajo que se había realizado con esta tecnología. Hemos hecho todo el mapa de toda la Cuenca. Nos da la impresión de un Estado, una organización de alta complejidad y alta sofisticación. Nos ayuda a buscar entender el apogeo, pero también la desaparición de la civilización, del sistema tan completo.

Porque aquí hubo una desaparición total. Nos enseña algo de la fragilidad de la civilización. Debemos tener cuidado en preservar y que no se pierda el conocimiento. Aquí, en el 300 AC, personas caminaban, construían, vivían convencidos de la fuerza de sus acciones. ¿Quién podía pensar entonces que un día animales, árboles, iban a aparecer por encima de sus pirámides y construcciones tan simbólicas para sus creencias y representación de poder? Nadie. Pero así sucedió, recordándonos la fragilidad de las civilizaciones humanas a pesar de todo lo que podemos proyectar de nosotros mismos.

Richard Hansen
Las investigaciones desde finales de 1970 permitieron completar el conocimiento de las civilizaciones mayas.

¿Por qué le parece importante movilizar figuras públicas como el Príncipe soberano de Mónaco, Alberto II; Morgan Freeman, Mel Gibson, el Jefe de los indígenas del Amazonia Raoni entre otros?

Porque ellos tienen la capacidad en cambiar las ideas, en influir y buscar cambios. Los cambios se hacen con carisma, visión. Miren figuras de la historia como Napoleón, Alejandro el Grande, Cesar, Mahatma Gandhi, Gengis Khan, Nelson Mandela… Lograron cambios en las sociedades que fueron para arriba o para abajo. Pero cambiaron la historia. Aquí alguien tuvo la visión en formar canales, una arquitectura, sociedades que permitieron a miles de personas vivir a raíz de los tiempos y de años.

Estamos, a través de la ciencia, reconstruyendo la historia, su complejidad para entender y transmitir los modos de vida en los medioambientes en los cuales nos encontramos. Es la razón por la cual esperamos que logremos despertar el interés en el conocimiento en su propia historia, en su legado tan noble que Centroamérica tiene. Esta historia participa de una identidad nacional contemporánea y mesoamericana. A la vez, es una conciencia universal, de diálogo entre culturas y El Mirador es un elemento de este bien común.

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