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Dr. Enrique Borgo Bustamante, distinguido profesional y persona de bien

El doctor Enrique Borgo Bustamante dejó una trayectoria ejemplar para sus connacionales y una irreparable pérdida para los suyos.

🗒️NOTA DEL DÍA

El doctor Enrique Borgo Bustamante, exvicepresidente de la República, distinguido académico, hombre público en el buen sentido, persona estudiosa y de mucha distinción, murió el miércoles dejando una trayectoria ejemplar para sus connacionales y una irreparable pérdida para los suyos.

Nacido el 22 de agosto de 1928 en San Salvador, se licenció como abogado en la Universidad de El Salvador en 1952. 

Hasta donde sabemos, mantuvo contactos con su familia italiana, además de ocuparse de lo propiamente italiano, ya que se inscribió en la Universidad de Roma para potenciar su conocimiento en Finanzas y Derecho Mercantil, así como conocer muy de cerca lo que hace de Italia una nación de arte y cultura, la única en la historia que ha tenido dos extraordinarios florecimientos culturales y artísticos: la del Imperio Romano, en su momento el más poderoso de su tiempo y que dio lugar a la civilización europea actual y el esplendor del Medioevo, el Renacimiento y el Humanismo, culminando todo en la actual civilización europea.

De trato sencillo y abierto, fue secretario privado de gobierno en los años 60, primer designado a la presidencia en los 70 y en los 80-90 presidente ejecutivo de TACA Internacional Airlines, aerolínea salvadoreña líder en Latinoamérica. En 1994 fue elegido vicepresidente de la República en fórmula con el extinto expresidente Armando Calderón Sol, en el fragor de la reconstrucción del país tras 12 años de guerra interna.

A lo largo de su vida, el doctor Enrique Borgo se esforzó en aprender, reflexionar, enseñar… dice mucho de él que en unión de

nuestro desaparecido amigo Abraham Rodríguez hayan asistido durante varios años a estudiar economía, sentando un ejemplo para muchos en este suelo: siempre hay que aprender, investigar nuevos conocimientos y tendencias, ocuparse de que las personas cercanas sigan el buen ejemplo.

No extraña que varias personas estuvieron soñando o pensando en él pocos días u horas antes de su muerte, ya que un infausto suceso como ese era inminente y fue anticipado por más de algún conocido o amigo suyo.

Enrique Borgo fue un brillante ejemplo de saber, tenacidad, principios morales

Es admirable que tras llevar una exitosa carrera profesional y empresarial, el doctor Borgo no se retirara a una vida más tranquila, sino que siguió buscando el bien para el país y participando en grupos de destacados juristas abanderados de la Constitución, una defensa constante que hizo patente ante las Salas de lo Constitucional legítimamente constituidas y a través de sus columnas en El Diario de Hoy, sobre todo en los últimos años.

La primordial enseñanza que deja Enrique Borgo, al igual que otros esforzados salvadoreños y personas de bien, es que el buen saber, ser una persona de estudio y reflexión, es lo que puede salvar a países y grupos humanos de lo trivial, lo improvisado, de la estupidez y la locura, del narcisismo extremo y la vacía petulancia.

El grave problema de la ignorancia «profunda, irreverente, que se autoalimenta a sí misma» es la de su ceguera a las grandes verdades, a lo que mueve verdaderamente a pueblos y culturas, a lo que es perdurable y no pasajero, a comprender la civilización, el saber, el progreso.

Al lado, incluso diremos «en convivencia» porque no es posible colocarse al margen del desplante, de la ruindad, del sadismo, la crueldad hacia los indefensos en sus posturas extremas, siempre están el buen ejemplo, la compasión hacia el débil e indefenso, hacia los pobres, los que carecen de vivienda y que nunca saben si van a comer ese día…

Adiós, muy querido y admirado amigo Enrique…

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