Apoyar lo local no es solo compartir un post o poner un sticker de “emprendimiento salvadoreño”.
Apoyar lo local no es solo compartir un post o poner un sticker de “emprendimiento salvadoreño”.
Por: Alejandra Gavidia
Soy una mujer que consume mucho deporte. Inicié viendo baloncesto, luego aprendí de béisbol, llegué a los deportes de motor con la Fórmula 1 y la Moto GP, luego me comencé a entretener con el fútbol, la UFC y demás. Veo los juegos olímpicos y cada campeonato, copa, conferencia o serie que se realicen. Me emociona el deporte, la competencia y, por supuesto, cuando se trata de El Salvador es casi una obligación ver su competición, independientemente de los pronósticos.
Hace poco hablaba de F1 en un grupo de personas y mi pregunta obligada cada vez que hablo de deportes es “¿a quién le vas?”. No por nada en particular, sino para sacar más plática de la conversación. En esta ocasión me dijeron que le iban a Checo Pérez, pero como él ya no estaba en la parrilla eran aficionados de otra escudería. Les seré muy honesta, yo nunca fui fanática de Checo Pérez a pesar de que fuera oriundo de Latinoamérica, México para ser exacta. Cuando les pregunté a estas personas el porqué apoyaban a Pérez, en su momento, su respuesta fue: porque era el único latinoamericano de los pilotos.
Me quedé pensando en su respuesta y preferí mejor sonreír y evitar conflictos innecesarios. No porque crea que Pérez no merezca reconocimiento, es un excelente piloto que posiblemente veamos en la próxima temporada, sino porque justo en este momento tenemos a Bortoleto y a Colapinto, brasileño y argentino respectivamente, que también entran en la condición de latinos, pero como no están siendo tan “famosos”, tan “exitosos” o tan “apoyados por la comunidad internacional” han pasado más desapercibidos. Así que ahora, estos “aficionados por los deportistas latinoamericanos” apoyan a un australiano y a un británico por encima de los latinos.
¿Entonces lo de estas personas es fanatismo selectivo o malinchismo disfrazado? ¿Por qué no apoyar el talento latinoamericano por igual? ¿Será así solo en la F1 o serán iguales en muchos otros contextos de diversas categorías?
Hay una frase que se ha vuelto comodín: “¡Apoyemos el talento local!”. Suena bien, se ve bien y vende bien. Pero en la práctica muchas veces ese apoyo se parece más a una mención simbólica que a una convicción real. En El Salvador decimos que “amamos lo nuestro” pero llenamos el carrito con productos de afuera porque son “de mejor calidad”.
Una marca local sabe que, para competir contra las marcas extranjeras además de vender calidad, deben ganarle al prejuicio. Un prejuicio que promueve que los productos son “más elegantes”, “más finos” y “mejores” si vienen de afuera.
No hace falta talento ni calidad. En el país tenemos marcas salvadoreñas que compiten y lideran el mercado. También tenemos casas de moda increíbles que incluso han desfilado en pasarelas internacionales. Y sumado a eso tenemos espacios como mercaditos locales donde emprendedores van por un fin de semana completo a mostrar y vender sus productos. En este espacio se pueden encontrar desde carteras hechas completamente a mano hasta decoraciones para el hogar. Y, aún así, el comprador promedio sigue prefiriendo marcas extranjeras que no sabe realmente de dónde vienen pero que “venden mejor”.
¿Y si estuviera de moda comprar local como estuvo de moda apoyar a Checo Pérez? Pérez fue un motor comercial en América Latina. El 65% de las ventas online de una famosa bebida provenían de Latam impulsadas por la mercancía de Pérez. No vamos a discutir qué hace que Pérez sea una marca tan afamada, pero qué pasaría si lográramos que el producto salvadoreño tuviera tanto impacto comercial que lográramos ser referencia para otros países.
¿Qué pasaría si todos los que dijeron que apoyaban a Pérez por ser el único latinoamericano en la F1 compraran más producto local? Si en lugar de comprar productos de decoración que vienen de afuera, compraran diseño sostenible creados en El Salvador. Apoyar lo local no es solo compartir un post o poner un sticker de “emprendimiento salvadoreño”. Es comprar, recomendar, invertir y, más que nada, creer que lo nuestro tiene valor sin necesidad de pasaporte extranjero. Si no, no es apoyo: es malinchismo disfrazado de fanatismo.
Miss Universo El Salvador y consultora política
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