Ya estamos sentenciados por el clima

Nuestra limitante es el territorio, crecer en nuestro país implica vulnerar áreas protegidas

Carlos F. Imendia

Con el boom inmobiliario en el país, la búsqueda por atraer inversiones, y poner a disposición de los inversionistas grandes ventajas legales y de respeto a la inversión , así también garantías y estímulos para quedarse acá y no ir a otros países de la región, han propiciado un poco el descontrol de la situación y se ve emerger nueva construcción vertical y ensombrecer residenciales  que se caracterizaban con modelos arquitectónicos de una sola planta , como en la Escalón , San Benito y La San Francisco, vivienda de altura en la urbe moderna de  San Salvador, sin embargo viviendas inaccesibles  ( económicamente ) para la gran mayoría de personas. 

El Salvador se ha caracterizado  por estar situado en una buena posición  geográfica para la logística, pero también todo ha ido cambiando, el descontrolado crecimiento del número de vehículos  y motocicletas, problemas de infraestructura como el de Los Chorros, y algunos pasos a desnivel que no mitigan la problemática del colapso vial, que en la actualidad ha perjudicado la calidad de vida de los ciudadanos.  Todos estos factores no son tan atractivos para los inversionistas. 

Nuestra limitante es el territorio, crecer en nuestro país implica vulnerar áreas protegidas, y eso ya está sucediendo, en el caso de  los gobiernos de turno, siempre buscan sobresalir con algún tipo de obra magna que deje el sello de su administración, todos los gobiernos vulneraron en su momento áreas protegidas, pero también compensaron, crearon comodatos para las reservas, protegieron, etc. El otro gran problema es la limitante de ideas y mecanismos para fomentar un verdadero equilibrio sobre el desarrollo sostenible, casi siempre eso sale sobrando, y no existe un apoyo sincero,  más que para el mercadeo maquillado con sostenibilidad. 

En otros países, como los de la Unión Europea, que exigen a sus inversionistas  certificaciones de sus procesos y que estos no incidan en el daño al medio ambiente, el daño social y económico a determinadas comunidades donde se desarrolla la inversión, genera inconvenientes. Esa es una gran desventaja de nuestro país, porque cada vez será más difícil ofrecer territorio al inversionista extranjero e inmobiliario. No quedará más que invertir sobre determinadas bases o plataformas que incluso dejaron otros gobiernos y que aún son funcionales. 

Los criterios ESG (Enviromental, Social and Governance) esto se traduce en impacto ambiental, relaciones sociales y trato justo a los empleados, prácticas de gobierno corporativo o gobernanza. Las empresas buscan ser más competitivas implementando los ESG, ante una tendencia en algunos países con consumidores más empáticos y conscientes; además más estrictos en  asegurarse de las practicas que ejecutan las empresas o inversiones  que conlleva un producto terminado, su huella ambiental, la generación de gases efecto invernadero, si no se usa mano de obra infantil, o se maltratan animales, etc.

 A pesar de que ya el cambio climático nos alcanzó y la humanidad está sentenciada por las sorpresas del clima, se está construyendo esfuerzos para administrar los pocos recursos que nos quedan y que aun así podamos ser competitivos. Las políticas ambientales y el conocimiento de la normativa ambiental por parte de todos los sectores productivos encaminados a la validación con esos criterios presiona a que el mismo gobierno central cumpla y se adecue a estos criterios, inclusive protegiendo áreas que dentro de la planificación son urbanizables.  La consejería técnica y la puesta en balanza del desarrollo e ir perdiendo reservas cuya función es para la misma autonomía de la ciudad, los sumideros de carbono y lo que el bosque permite en la infiltración de agua al suelo, no es más que una necesidad vital de la ciudad. 

No diferenciar esas amenazas nos pone en la frontera con la ignorancia técnica , la postura egoísta , que rápidamente se puede disolver corrigiendo y buscando opciones , como la que mencionamos anteriormente al reutilizar estas plataformas heredadas de otros gobiernos.  Si hay una verdad histórica, que debemos de aceptar, es que nuestra desventaja es la escasa territorialidad, y el mínimo daño afecta a todo un sistema, no hay más que ofrecer y lo poco que nos queda hay que proteger.

Especialista en temas ambientales y huella de carbono

Carlos Francisco Imendia
Carlos Francisco Imendia