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“La fiesta de los Farolitos” en la cumbre florida

Un septiembre invernal llevó muchos turistas a la cumbre florida de Apaneca con sus sus selvas de ilusión que aprendieron a volar. Al igual que Ataco -otro pueblo más al norte- la feligresía celebraba a la Virgen María la ancestral “Fiesta de los Farolitos” de colorido papel celofán. Los fieles salían por la noche a celebrar el nacimiento de María, cada 7 de septiembre. En esta época las mariposas “ángel” sobrevuelan la selva profunda. La gente les ve partir como sus sueños, que anhelan o nunca pudieron alcanzar. Marco -un viajero de lejano mirar- se pierde entre la multitud que eleva sus cantos a María: “Estrella del Amanecer”, “Lámpara de la Esperanza.” Al pasar frente a un grupo de niños, vestidos de ángeles que cantan a la Inmaculada, ve a Belle la viajera de ojos de mar, llevando en su cuello una cadena con una llave de oro. Entonces le pregunta qué significa. Ella responde que es la llave de los sueños que había llevado consigo desde niña. “¿Abrirá el cerrojo de un corazón?” -pregunta Marco con sensual curiosidad. “Talvez la puerta de la otra mitad de la vida. Allá donde estará el amor que fue o que nunca llegó a ser” -respondió la hermosa, antes de perderse entre la multitud. “Es un recuerdo de mi madre, para llevarla conmigo por siempre, porque -según dijo- era la llave de los sueños. Dijo que la cuidara como lo más preciado, lejos del mundo y de quienes intentaran robarla. Pero que nadie …

Un septiembre invernal llevó muchos turistas a la cumbre florida de Apaneca con sus sus selvas de ilusión que aprendieron a volar. Al igual que Ataco -otro pueblo más al norte- la feligresía celebraba a la Virgen María la ancestral “Fiesta de los Farolitos” de colorido papel celofán. Los fieles salían por la noche a celebrar el nacimiento de María, cada 7 de septiembre. En esta época las mariposas “ángel” sobrevuelan la selva profunda. La gente les ve partir como sus sueños, que anhelan o nunca pudieron alcanzar. Marco -un viajero de lejano mirar- se pierde entre la multitud que eleva sus cantos a María: “Estrella del Amanecer”, “Lámpara de la Esperanza.” Al pasar frente a un grupo de niños, vestidos de ángeles que cantan a la Inmaculada, ve a Belle la viajera de ojos de mar, llevando en su cuello una cadena con una llave de oro. Entonces le pregunta qué significa. Ella responde que es la llave de los sueños que había llevado consigo desde niña. “¿Abrirá el cerrojo de un corazón?” -pregunta Marco con sensual curiosidad. “Talvez la puerta de la otra mitad de la vida. Allá donde estará el amor que fue o que nunca llegó a ser” -respondió la hermosa, antes de perderse entre la multitud. “Es un recuerdo de mi madre, para llevarla conmigo por siempre, porque -según dijo- era la llave de los sueños. Dijo que la cuidara como lo más preciado, lejos del mundo y de quienes intentaran robarla. Pero que nadie más que yo podría usarla. Porque ella abriría únicamente el cerrojo de mis propios sueños.” (I) De: “La Selva Umbría que Aprendió a Volar” ® de C.B.

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