El abogado Endson vive desde hace mucho en un antiguo edificio del barrio latino. Esta mañana el anciano conserje del inmueble le ha dicho que están en el invierno de 1930, pero los diarios traen otra fecha y la noticia de la demolición del lugar. Es decir, el ayer cayendo en pedazos. Mientras revisa unos expedientes alguien sale de su despacho. Es una vaga presencia que se escurre por los pasillos, dejando un frío rastro tras de sí. Tal vez sea —a juicio del jurista— sólo una vaga aparición del recuerdo. Repetición inconfesable de un ser desterrado en la memoria. Dentro de las dimensiones del tiempo pasado y futuro existen espíritus errantes que viven en constante inquietud; sin vida propia, porque se alimentan de los sueños y desesperanzas de nosotros, los del tiempo presente. Pero por la forma en que cruzan los muros del aire, es de suponer que sí tienen vida aparte. En realidad suelen ser los distintos seres ausentes de ayer que han transitado por nuestras vidas, dejando a su paso la sombra viviente de su borrada presencia. Son parte de las leyendas del otro lado de la piel que os narraré a continuación. Historias del raptor mundo exterior que se lleva parte de nuestro mundo interior, dejando tras de sí un frío vacío de flores, perfumes y ausencias. (I) de “Leyenda del Otro Lado de la Piel” © C.B.