Light
Dark

IA, consideraciones

La IA carece de juicio crítico, capacidad para manejo de crisis, visión estratégica, habilidad para tomar decisiones en contextos cambiantes…

IA: ¿destructora de empleos, o generadora de oportunidades? 

Hace ya muchos años, un profesor nos enseñaba que cuando a uno le plantean preguntas con disyuntivas, lo más sensato solía ser optar por las dos propuestas… pues, en el fondo, la realidad no es un asunto de blanco o negro, ni un juego de suma cero en el que lo que alguien gana es porque otro lo pierde. 

Esta misma forma de razonar es perfectamente aplicable a las crecientes aplicaciones que programas basados en Inteligencia Artificial están entregando a la sociedad en general, y al mundo laboral en particular. 

Está claro que empleos basados en desarrollo de software, traducción, servicio al cliente o tareas administrativas, por ejemplo, están migrando desde un protagonismo humano a uno cibernético. La tecnología se hace presente y difícilmente se podrá competir con ella, sobre todo si se trata de tareas repetitivas o de fácil predicción. 

Es conocido que el mercado laboral ha funcionado siempre como una escalera, en la que los recién graduados entran en los primeros escalones, comenten errores, aprenden de esos errores, ensayan habilidades prácticas, aprenden de sus éxitos, ascienden a roles de mayor responsabilidad y terminan, con el tiempo, en la cúspide de un organigrama. 

Hoy día, las aplicaciones informáticas basadas en IA están copando esos primeros peldaños, impidiendo que las noveles generaciones puedan aprender, empaparse, tocar el nervio de los trabajos y servicios que constituyen la “carpintería” de las empresas, que constituyen la columna vertebral de muchos servicios y negocios. 

Es interesante considerar que, si bien un bot es muy capaz para escribir líneas de código o atender una consulta rutinaria, muchas veces mejor que cualquier principiante humano… resulta prácticamente inútil para negociar con un cliente, entender el contexto en que se lleva a cabo un convenio o liderar un equipo multidisciplinario. Competencias que se adquieren con años de práctica, éxitos y fracasos, relaciones humanas cultivadas codo con codo con los colegas, interacciones con la competencia, etc. 

Entonces, si se priva a los principiantes de acceso a lo básico, si no tienen la oportunidad de adquirir competencias que se consiguen sí y solo sí por medio de la práctica y de las relaciones humanas; con el tiempo ¿quién reemplazará a las vacas sagradas, los expertos de tantos campos laborales?

IA mediante, estamos en riesgo de formar una generación de profesionales con títulos universitarios (dos o tres, pues ahora uno no basta) pero sin la experiencia que los convierte en verdaderos conocedores, en expertos, en personas imprescindibles en cualquier campo del ámbito laboral. 

Un reciente estudio de la universidad de Stanford, basado en el análisis de millones de nóminas de empresas estadounidenses, arroja un dato inquietante: si bien los puestos más bajos de la escala laboral están siendo ocupados por las máquinas (por increíble que esto pudiera sonar…), el verdadero reto no consiste en colocar en el mundo laboral a los recién graduados y “competir” con los algoritmos, sino sustituir en un futuro no muy lejano a los expertos que simple y sencillamente, por motivos naturales. van dejando vacíos en las empresas al jubilarse o cambiar de trabajos como parte del ciclo normal de los empleos. 

La IA carece de juicio crítico, capacidad para manejo de crisis, visión estratégica, habilidad para tomar decisiones en contextos cambiantes… Gerentes de cuarenta o cincuenta años de edad sí que cuentan con esas habilidades “experienciales”… pero su reemplazo no se está preparando. Esto sí que constituye un problema interesante, real, que quizá los teóricos del tema no están llegando a comprender, y, por lo mismo, a prever. 

La educación superior necesita moverse rápido hacia programas que combinen técnica con pensamiento crítico, comunicación y resolución de problemas. Las empresas deben entender que usar la IA solo para reducir planillas compromete su propio futuro, pues se cortan las manos: eliminan el semillero de talento que necesitarán en unos años.

Ingeniero

Patrocinado por Taboola