Si el vendaval indómito del destino haya golpeado tus alas, iluso pajarillo de a Creación… Si quizá hayas creído que no volverás a surcar los cielos celestes de tu anhelo… ¡No decaigas ni veas morir ante ti el horizonte! ¡Vuelve a intentar el vuelo de tus ansias y promesas por cumplir! Mirando a lontananza habrás de recordar de nuevo tu vuelo en las alturas que algún día te hizo mirar desde lo alto lo grande de lo pequeño y lo real de la ilusión. Ala fugaz de eterno vuelo es el amor: libre ascensión del ser a lo divino sobre el mundo a las estrellas. ¡Busca en la distancia el eterno celaje de un anhelo hermoso o el dorado albor de una promesa! Alas del eterno deseo que no mueren, aunque la vida pase. Aunque el sueño de los años se haya ido, vuelven a alzar vuelo a las cumbres maravillosas de la ilusión y del deseo. Y aunque el sol se haya escondido ya volverá mañana, aunque su lumbre y las flores de ayer hayan secado. Los días volverán con su eterno florecer en los senderos y cielos de la ausencia. Por ello no decaigas por derrotas y debilidades ante la adversidad que suele frustrar el vuelo de tu propio destino. Un día en las alturas descubrirás la ignorada grandeza de tu anhelo. Que los reyes que dominaron el mundo alguna vez también se fueron, pero su gloria quedó viva. Y los sabios que enseñaron los libros de la ley también pasaron detrás la verdad… Tan sólo el amor agitará sus velas en el viaje . Amor, eterno vuelo de un hombre y de un dios. .» (Libros Balaguer: Librería UCA; La Casita y Amazon).