Como dijera Einstein, no se sabe con cuáles armas va a librarse la tercera guerra mundial, pero «la cuarta será con garrotes y piedras» pues la civilización como la conocemos estará destruida.

El ejército israelí lanzó este martes una gran ofensiva terrestre en Ciudad de Gaza, después de jornadas de demolición de edificios que supuestamente albergaban a miembros del grupo Hamas. 

Estos hechos suceden después que el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, de visita en la región, respaldara su objetivo de erradicar a Hamás, cuyos miembros desencadenaron el infierno al invadir Israel, asesinar a 1,500 personas, violar salvajemente a decenas de mujeres y secuestrar a 257 personas, de las cuales 47 siguen cautivas en Gaza, aunque 25 sin vida, de acuerdo con el ejército israelí.

Desde hace un mes, Israel ha intensificado sus ataques sobre la principal urbe del enclave, pero ahora son más demoledores.

Ayer el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, dijo que el mayor núcleo urbano del asolado territorio palestino quedó «en llamas» tras los ataques. «No cederemos y no daremos marcha atrás hasta que se cumpla la misión», afirmó.

Él ejército israelí ordenó la evacuación de los civiles de los edificios antes de los bombardeos, pero se informa que hay muchas personas atrapadas entre los escombros. 

Una comisión de investigación de la ONU, sin embargo, acusó a Israel de cometer un «genocidio» y responsabilizó al primer ministro Benjamin Netanyahu y a otros dirigentes israelíes. Israel criticó el informe calificándolo de “sesgado y falso”.

Hay hambruna en Gaza, muertes de niños y gente inocente además de médicos y periodistas, niños sin asistencia después de la supresión de la cooperación de la USAID por la actual administración estadounidense.

Causa estupor que repetidamente las ayudas humanitarias que diversos grupos intentan hacer llegar a los palestinos son rechazadas por Israel, como a una pequeña flotilla donde iba la activista sueca Greta Thurnberg, no se les permitió entregarla.

El rey de España, Felipe VI, denunció la «insoportable» crisis humanitaria en la franja, una declaración poco habitual para el monarca, que es el jefe de Estado pero casi nunca toma posición ya que la Casa Real afirma sostener una neutralidad política.

Felipe VI declaró que esta guerra «ha degenerado en una crisis humanitaria insoportable, el sufrimiento indecible de cientos de miles de inocentes y en la total devastación de Gaza». 

Mientras tanto, Israel reclama por los rehenes aún en manos de Hamas y que siguen en reductos clandestinos en Gaza.

Lo anterior sucede mientras no se vislumbra un cese de fuego permanente, como ha gestionado la comunidad internacional.

El papa León XIV confirmó que había hablado por teléfono con el párroco de Gaza y supo que «muchos no tienen adónde ir y por eso es una preocupación, también hablé con nuestra gente allí, con el párroco, por ahora quieren quedarse, siguen resistiendo pero realmente hay que buscar otra solución».

La demencia diabólica sigue abatiéndose sobre Ucrania

Entretanto, sigue la agresión contra Ucrania, porque el criminal de guerra Putin «no quiere dar su brazo a torcer» después de lanzar una invasión no provocada a su vecino, creyendo que en un par de semanas ocuparía su capital, Kiev, sin calcular la capacidad de resistencia de los ucranianos que casi al inicio hundieron el buque que era «el orgullo de Rusia», un acorazado tan poderoso como el «General Belgrano» durante la guerra de las Malvinas.

La presidencia estadounidense cometió el error de convocar a Putin a un encuentro en Alaska, de donde el criminal de guerra  salió sin ofrecer otra cosa más que continuar en las mismas…

Al ser preguntado sobre una posible guerra de la OTAN con Rusia, el Papa León aclaró que «la OTAN no ha iniciado ninguna guerra, (aunque) los polacos están preocupados porque sienten que su espacio aéreo ha sido invadido, es una situación muy tensa… La preocupación es grande».

En este tenebroso panorama se encuentra prácticamente toda la humanidad, temiendo ser víctima de desquiciados mentales, de conflagraciones brutales, de «monda y lironda» demencia…