Light
Dark

Carta a los profesores: ¿Qué diablos les pasa?

Manolo no es el único maestro que con su detención bajo el régimen de excepción recibió una condena de muerte.

Estimado magisterio:

Antes de empezar, pregunto: ¿Existe todavía un magisterio organizado en El Salvador? ¿O será que a esta altura sólo existe un montón de educadores, cada uno tratando de pasar la lluvia? 

Uno de ustedes ha muerto como un perro. Encarcelado, maltratado, torturado, enfermo – y cuando era claro que iba a morir, lo sacaron a la calle. Terminó en el hospital Zacamil. Ni siquiera informaron a su familia adónde estaba. Se llamaba Manuel Mira, conocido por sus colegas, alumnos, amigos y vecinos como Manolo. A los 22 días, murió. 

Leí su historia en un reportaje en El Diario de Hoy, publicado el pasado 23 de septiembre. Yo no sólo he escuchado historias horribles, las he visto con mis ojos, porque estuve donde asustan. Pero, la historia del profe Manuel Mira no me dejó dormir. En los tiempos que vivimos, es necesario enfrentarse a las historias de horror, para despertarnos. Por esto, insisto en que cada uno de ustedes lea cómo destruyeron y dejaron morir como un perro a su colega Manolo. Léanlo, no cierren los ojos ante lo que está pasando en el país. Conociendo el caso de este profesor, se darán cuenta que lo mismo les puede pasar a ustedes. Dirán que no, porque no le deben nada a la justicia. Bueno, lo mismo habrá pensado Manolo, antes de que lo agarraran, denunciado por una llamada de a saber quién, acusándolo de pandillero.

Un profesor respetado por la comunidad, director del Centro Escolar Joaquín Rodezno de San Salvador, donde fue detenido el 23 de agosto de 2024. Pasó un año en el penal de Usulután y cuando lo soltaron, fue solo para que muriera. ¿Por qué pasó esto a un profesor de 30 años de servicio, un exdirigente sindicalista de ANDES, veterano de la guerrilla – y presidente propietario representando al Ministerio en el Tribunal Calificador? ¿Cómo pudieron confundirlo con un pandillero? ¿Cómo pudieron mantenerlo durante un año encarcelado sin ni siquiera buscar pruebas de su culpa o de su inocencia? ¿Y qué tipo de carceleros hay en los penales que golpean y maltratan a un señor como don Manolo?

Todas estas preguntas y más se hará cualquiera que lea esta historia que parece un mal sueño. Yo tengo una pregunta más: ¿Cómo es posible que ANDES, aquella organización de larga trayectoria de lucha, no movió un dedo para su compañero?

Manolo no es el único maestro que con su detención bajo el régimen de excepción recibió una condena de muerte. Es el quinto profesor que no sobrevivió la cárcel. ¿Qué dice esto de nuestro país, de su gobierno, pero también de toda la sociedad que permite esta barbaridad?

Me van a disculpar que esta carta es de puras preguntas. Pero yo no puedo explicarles por qué el profe Manolo murió – y mucho menos por qué lo permitimos. 

Saludos, Paolo Luers

Patrocinado por Taboola