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Jubilada: “A mis casi 60 años puedo decir que soy electricista”

Para Ana, la jubilación no significó el final de sus proyectos, sino el inicio de una etapa. Ella formó parte de las 158 mujeres graduadas como Técnicas Electricistas, oportunidad que le abrió las puertas a formar su propio emprendimiento en dicho rubro.

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“A mis casi 60 años puedo decir con orgullo que soy electricista”, explicó Ana Miriam Cruz, notablemente emocionada tras recibir su certificación de formación técnica impulsada por AES El Salvador y el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU).

Ana se jubiló a los 55 años tras dedicar tres décadas de trabajo en una empresa de iluminación, este fue un paso importante en su vida ya que la motivó a seguir estudiando en dicha área. 

“Vi la convocatoria en Instagram, decía que era para mujeres y aunque mencionaba un límite de edad, yo dije voy a intentarlo. Qué emoción sentí cuando me aceptaron”, recuerda Ana. 

Las participantes del curso recibían clases prácticas y teóricas cada sábado. “Nunca lo vi como un sacrificio, al contrario, me emocionaba levantarme para aprender más sobre electricidad”, comenta sonriente.

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Este año fueron formadas 49 mujeres como técnicas electricistas de tercera categoría y 109 como técnicas electricistas residenciales de cuarta categoría. Foto cortesía

La formación duró seis meses y al culminar obtuvo su diploma como electricista de sistemas residenciales y especialización en mantenimiento de aires acondicionados. Actualmente ya colabora con una empresa que le abrió sus puertas, pero también ha iniciado su propio emprendimiento. “Tengo mi empresa, doy servicios, contrato gente. Me encanta meterme en electricidad, instalar luminarias, guiar a otros. Es una pasión que descubrí después de jubilarme”, explicó.

El caso de Ana es reflejo del impacto del programa Mujeres Electricistas, que este 2025 cumple una década de existencia. Desde su creación el proyecto ha capacitado a más de 1,000 salvadoreñas en un oficio tradicionalmente desempeñado por hombres. 

“A través del programa de Mujeres Electricistas reafirmamos nuestro compromiso con la igualdad de oportunidades y con el desarrollo sostenible del país. Estas más de mil graduadas son un testimonio de que invertir en formación técnica para mujeres transforma vidas, comunidades y el sector eléctrico”, señaló Abraham Bichara, presidente ejecutivo de AES El Salvador.

Este año, 158 mujeres recibieron sus certificaciones como técnicas electricistas en una ceremonia que marcó el décimo aniversario.

De las nuevas graduadas, 49 alcanzaron la categoría de técnicas electricistas de tercera categoría, mientras que 109 obtuvieron la certificación como electricistas residenciales de cuarta categoría. La formación se desarrolló en tres grupos distribuidos en la zona oriental, central y occidental del país, acercando la oportunidad a diferentes comunidades. 

Para Ana, la jubilación no significó el final de sus proyectos, sino el inicio de una etapa. “Cuando me jubilé pensé que era mi momento para prepararme, porque tengo más tiempo para ejecutar lo que me apasiona. Lo importante es no quedarse en casa pensando que ya terminó todo. Uno debe emprender, aprender cosas nuevas y hacer lo que le gusta”, recalcó convencida. 

Durante los últimos años los coordinadores del programa han incorporado refuerzos técnicos como lectura de medidores, instalación y mantenimiento de aires acondicionados, automatización de motores eléctricos y diseño de sistemas fotovoltaicos.

Estos módulos adicionales han permitido que las graduadas puedan responder a las demandas actuales del sector e incorporarse con mayor facilidad.

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Asimismo, en 2024 y 2025 para las graduadas de cuarta categoría se incluyó la capacitación en instalación y mantenimiento de aires acondicionados. Foto cortesía

Una de las alianzas entre AES y FUNDEMAS ha permitido la creación del programa EMPRENDE con el cual se brinda clases de marketing y herramientas digitales que les ayudan a impulsar sus negocios.

Ana es un claro ejemplo de cómo estas iniciativas pueden ser aprovechadas. “Sigo actualizándome, ya terminé un curso de marketing y ahora estoy en clases de Excel. Hay que mantener la mente activa”, comentó.

El impacto del programa va más allá de lo laboral. Muchas de las egresadas han encontrado en este oficio la posibilidad de mejorar sus ingresos y sacar adelante a sus familias a través de un empleo formal. Otras han optado por emprender y ofrecer sus servicios en comunidades.

“No hay que quedarse quietecitas ni pensar que ya no se puede. Al jubilarse es el momento para empezar a emprender y aprender cosas nuevas. Hoy es más fácil, las oportunidades están ahí, solo hay que buscarlas”, recalcó Ana incentivando a otras mujeres a seguir su ejemplo.

De acuerdo con la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET), la empresa energética ha contribuido con la formación del 51% de las mujeres electricistas certificadas en el país.

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