En el Cementerio La Bermeja, la familia Amaya adorna la placa de Ana María Henríquez, la abuela de la familia. FotoEDH/Emerson Del CidDesde tempranas horas, salvadoreños acudieron a distintos cementerios en la capital. Foto EDH/Emerson Del CidMaritza Rivera llegó temprano, alrededor de las 7:30 a.m., para embellecer la tumba de su madre, a quien recuerda como una mujer trabajadora y luchadora, que siempre la sacó adelante siendo comerciante del mercado Central. Foto EDH/Emerson Del CidLos limpiatumbas aprovechan la fecha para ofrecer sus servicios entre cuatro y seis dólares. Foto EDH/Emerson Del CidVarios aprovechan a hacer fotografías para el recuerdo de cómo adornan las tumbas de sus seres queridos. Foto EDH/Emerson Del CidMarvin siempre llega a enflorar a su abuela. Usualmente lo hace con su madre, pero este año asistió solo para no faltar con la tradición. Foto EDH/Emerson Del CId«Quiero creer que es él», dice Ana Montes mientras pone unas flores en el nicho de su hijo, Giovani, quien falleció en 2021 en el Hospital El Salvador ingresado por una supuesta neumonía. Por las restricciones por la pandemia, Ana no pudo ver el interior del ataúd donde está su hijo. Foto EDH/Emerson Del CidIliana Rivas junto a sus hijos ordenan las flores que llevaron pasa su familiar. Llegaron desde Soyapango y aseguran que es muy importante mantener esta tradición. Foto EDH/Emerson Del CidLas Parcelas es otro de los cementerios tradicionales de San Salvador, donde su antigüedad hace que los árboles grandes brinden un clima fresco. Foto EDH/Emerson Del CidCristi Chávez adorna la tumba de su hijo, Rolando, a quien visita en tres fechas cada año: su cumpleaños, fecha de fallecimiento y Día de los Fieles Difuntos. Foto EDH/Emerson Del CidLos altos nichos en Las Parcelas obligan a algunos familiares a subirse sobre la estructura para adornar un poco el espacio donde descansa su ser querido. Foto EDH/Emerson Del CidJosé Luis Argueta adorna la tumba de familiares de su esposa. En esta ocasión llegó solo él porque su esposa está mal de salud, pero no podían dejar la tumba sin adornar. Foto EDH/Emerson Del CidLas familias llevan alambres y herramientas para decorar los nichos. Foto EDH/Emerson Del CidEn los alrededor del cementerio se comercializaban las hojuelas de maíz con miel a un dólar. Foto EDH/Emerson Del Cid
