César Ríos: Declaratoria de Trump advierte más controles y riesgo de deportaciones para El Salvador
Para el experto en temas migratorios, la reciente declaratoria del presidente Trump «es una respuesta de castigo masivo contra millones de personas migrantes en Estados Unidos».
Inmigrantes deportados desde Estados Unidos, a su llegada a Guatemala. Foto Referencia EDH / Archivo
El Presidente Donald Trump ha anunciado que pondrá en pausa de forma permanente la migración de países del tercer mundo y que pondrá fin a las «admisiones ilegales» de migrantes durante el mandato del expresidente Joe Biden.
Para César Ríos, experto en temas de migración, esta declaratoria, dada a conocer por el mandatario el jueves a través de la red social Truth Social, «es una respuesta de castigo masivo contra millones de personas migrantes en Estados Unidos».
El experto señala que aunque el presidente Trump no define qué países entran en esta categoría de tercer mundo, está claro que se refiere a los países en desarrollo.
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«Entre ellos las naciones de América Latina y Centroamérica», puntualiza.
Ruíz anticipa un escenario de endurecimiento de políticas migratorias.
«Para países como El Salvador, este tipo de mensajes envía una señal clara: más controles, más discrecionalidad consular y mayor riesgo de deportaciones masivas en los próximos meses», señala.
El experto explica que un escenario como ese se traduce en familias divididas, patrimonios en riesgo y comunidades enteras viviendo con miedo.
Asimismo el experto recuerda que Trump ha prometido revisar el estatus migratorio de personas de varios países, eliminar ayudas federales a no ciudadanos y acelerar procesos de retorno. A su juicio, este tipo de acciones buscan «crear condiciones para que los migrantes se vayan de Estados Unidos».
Desde una perspectiva de derechos humanos, Ríos considera la declaratoria «profundamente preocupante», no solo por el lenguaje que considera discriminatorio y que presenta a los migrantes como carga o amenaza, sino porque contradice obligaciones internacionales de Estados Unidos en materia de asilo y refugio, considerados históricamente un pilar de su política exterior.
«Desde una perspectiva de derechos humanos, este anuncio es profundamente preocupante. En primer lugar, porque usa un lenguaje abiertamente discriminatorio que presenta a las personas migrantes como carga o amenaza, no como trabajadores, contendientes y seres humanos con derechos», opina.
Ante esto, resalta, los países de la región no pueden limitarse a reaccionar con comentarios aislados.
El analista ve la necesidad de que las naciones fortalezcan políticas de retorno digno, protección del patrimonio de las personas retornadas y su reintegración económica.
En tanto opina se debe exigir que cualquier operación con Estados Unidos se base en el respeto a los derechos humanos de las personas migrantes sin importar su país de origen.
