Bruno y Kira, las mascotas que dan amor y consuelo en un cementerio de San Salvador
Bruno y Kira, dos perros de la raza Labrador Retriever que han sido adiestrados para acompañar emocionalmente a las personas en situación de duelo por la pérdida de un ser querido.
Los usuarios de los servicios funerarios pueden contar con el acompañamiento de los perros, por un tiempo de 20 a 30 minutos. | Fotos EDH/Emerson Del Cid
Se trata de Bruno uno de los, dos perros de la raza Labrador Retriever que han sido adiestrados para acompañar emocionalmente a las personas en situación de duelo. Foto EDH/Emerson Del CidKira, la otra labrador que acompañan en momentos de duelo. Foto EDH/Emerson Del CidBruno uno de los dos labradores que acompañan a quienes enfrentan la pérdida de un ser querido. Foto EDH/Emerson Del Cid«Ellos no son perros de compañía, no son perros de asistencia. Son de apoyo emocional», recalca Nancy Castillo, una de las encargadas del programa Patitas de Luz, . Foto EDH/Emerson Del CidBruno tiene un año y seis meses de edad. Foto EDH/Emerson Del Cid Los canes forman parte del proyecto «Patitas de Luz» del Grupo Resurrección, quienes tienen disponible este acompañamiento con los perritos. Foto EDH/Emerson Del Cid El proyecto «Patitas de luz», una iniciativa que busca ayudar en momentos de duelo a personas afectadas emocionalmente por la pérdida de un ser querido. Foto EDH/Emerson Del CidLos usuarios de los servicios funerarios pueden contar con el acompañamiento de los perros, por un tiempo de 20 a 30 minutos. | Fotos EDH/Emerson Del CidEn el Parque Memorial La Resurrección, en la colonia La Cima en San Salvador, dos acompañantes poco comunes acuden al sepelio para brindar apoyo emocional a las personas en los momentos de tristeza. Foto EDH/Emerson Del CidEstos perros Labrador Retriever forman parte del proyecto «Patitas de luz». Foto EDH/Emerson Del CidLos labradores están entrenados para identificar a las personas que están afectadas emocionalmente. Foto EDH/Emerson Del Cid Los caninos siempre son acompañados por personal de entrenamiento. Foto EDH/Emerson Del Cid
