Patrimonio edificado de Santa Ana en ruinas

Gran parte de la arquitectura considerada como patrimonio cultural de Santa Ana ahora luce deteriorada, debido a la falta de interés y trabajo en conjunto de autoridades municipales, estatales y propietarios privados.

Centro Histórico de Santa Ana, arquitectura deteriorada y falta de mantenimiento de arquitectura en patrimonio cultural. thumbnail

El viejo centro de la ciudad de Santa Ana está conformado por alrededor de 150 manzanas, siendo el segundo más grande del territorio salvadoreño. Actualmente, presenta un profundo deterioro en la arquitectura patrimonial con decenas de inmuebles que yacen fuera del perímetro más transitado, como el Parque Libertad, la catedral, el teatro y el Palacio Municipal.

Caminar por estas calles es tener la oportunidad de observar un conjunto de inmuebles que fueron construidos entre 1880 y 1930, potenciados por la bonanza económica del café. Su arquitectura fue influenciada por corrientes de construcción españolas y francesas de la época, según lo manifestado por el investigador y escritor salvadoreño -residente en Barcelona-, Carlos Cañas Dinarte.

Para poder comprender la desatención al mantenimiento de estas edificaciones patrimoniales, el ingeniero Carlos Pastrana, especialista en Conservación y Gestión del Patrimonio Cultural para el Desarrollo, enfatiza que una es la razón principal de ello: la falta de interés de autoridades estatales o municipales y, principalmente, la apatía de los propietarios hacia la conservación de la infraestructura histórica.

«Generalmente el propietario del inmueble, que ya es una nueva generación y no quien lo construyó, considera que preservarlo, cuidarlo o mantener ese pequeño inmueble en las condiciones que lo recibe, no es rentable», asevera.

Pastrana explica que se debe pensar y ejecutar la conservación del patrimonio inmueble para que sirva para desarrollo.

Un ejemplo que destaca es el patrimonio arquitectónico de otras regiones del mundo como Europa, donde sí existen recursos económicos y equipo para estudios, análisis, investigación, materiales para hacerlo exactamente igual, a diferencia de El Salvador que no los cuenta.

Cañas Dinarte es enfático al argumentar que el centro fundacional de Santa Ana «está en ruinas porque no se le dio la importancia que debía tener», aclarando que lo que se ha conservado son muy pocas edificaciones.

«No hay autoridades locales y nacionales que puedan intervenir porque las edificaciones son de carácter privado. Pero tampoco ha habido estímulos para que las personas conserven esos lugares y traten de hacer algo con esas edificaciones», subrayó.

La mansión del expresidente Pedro José Escalón (1903-1907) es uno de los grandes inmuebles en el centro de Santa Ana que está en un abandono que la deteriora peligrosamente. Foto EDH/Emerson Del Cid

El Diario de Hoy conversó con Henry Chávez, jefe de la Unidad del Centro Histórico de la Alcaldía de Santa Ana Centro, y este aclaró que ellos se rigen solamente por la ordenanza del municipio, y la Ley de Protección al Patrimonio Cultural. Por lo tanto, la municipalidad solo puede sugerir e informar el valor que posee el inmueble a los propietarios, y exhortar a que busquen la preservación del los edificios considerados como patrimonio de la ciudad, y uno de los grandes atractivos turísticos de la «Ciudad Heroica».

La ordenanza que rige este tipo de acciones para conservar el patrimonio cultural edificado es la «Ordenanza Reguladora para la Protección de los Inmuebles Circunscritos en el Ámbito Centro Histórico de la Ciudad de Santa Ana».

En este marco legal, se establecen obligaciones tanto para propietarios como para la municipalidad, como el art. 109 que indica que «Las obras de mantenimiento de las edificaciones habitadas o no del Centro Histórico tienen carácter de permanentes y obligatorias para sus propietarios, sean éstos personas naturales, jurídicas, o entidades de las distintas instituciones.

Este tipo de obras tienen como propósito mantener y garantizar la integridad, seguridad, salubridad, y condiciones higiénicas y estéticas de los edificios».

«Incumplimiento de la Obligación de Conservación y Mantenimiento». El art. 110 dice que «Cuando un propietario no cumpla con la anterior obligación, la Alcaldía Municipal intervendrá para garantizar la conservación de los edificios, iniciándose el expediente correspondiente por parte de la Oficina del Centro Histórico».

Según Chávez, el único proyecto que tiene previsto desarrollar la Oficina del Centro Histórico de Santa Ana es una regulación de los rótulos de locales comerciales en el perímetro del centro y la paleta cromática que establecerán para los edificios dentro del circuito.

La alcaldía podría ayudar de oficio a eliminar árboles dañinos que crecen sobre las estructura antiguas. Foto EDH/Emerson Del Cid

Estas disposiciones son similares a las que ejecutó la Autoridad de Planificación del Centro Histórico de San Salvador, APLAN. «Buscamos que todos los inmuebles estén pintados bajo los colores que nos aprobó el MInisterio de Cultura»

El jefe de esta unidad explicó que el reto principal que se enfrenta para la preservación de este valioso patrimonio es la dificultad de acceso para restaurarlo. Por ello, la ayuda que ofrece la municipalidad es mano de obra sin costo alguno.

Informarse para conservarlo

Pastrana asegura que la base para que se pueda intervenir este tipo de inmuebles antiguos es conocer cómo es el proceso de construcción de estos sistemas o estructuras tradicionales como: adobe, bahareque, madera y lámina, metal desplegado, ladrillo de barro cocido atrincherado, de lazo o de canto, estructuras concreto de principios del siglo XX menciona algunas.

«Lo que tienen que saber los profesionales es cómo se construye, cuál es el proceso constructivo para poder saber cómo se reparan» señala. A su vez cuestiona que desde hace 20 a 30 años, las universidades enseñan sistemas constructivos de bloques de concreto, mampostería confinada y estructuras de acero.

«La academia desvalida todos los sistemas tradicionales que son los que conforman el patrimonio cultural (arquitectónico) de la nación».

Cañas Dinarte analiza que cada edificación antigua que se pierde es un impacto en la memoria y la historia local y nacional, perdiéndose elementos como la historia arquitectónica, de construcción e ingeniería para crear dicha obra. «Ahora las personas ven la modernidad que es cristales, aire acondicionado, luces led, parqueos enormes»

La falta de responsabilidad de las autoridades en informar y concientizar a la población sobre la riqueza de este tipo de patrimonio, y la importancia de preservarlo con el paso del tiempo son acciones que no ejecutan las autoridades.

El centenario kiosco del parque Menéndez se está cayendo a pedazos. Su piso está en un avanzado estado de putrefacción. Foto EDH/Emerson Del Cid

«No existe un cedulario, una serie de carteles, afiches, placas que le expliquen a las personas el significado que tiene este edificio. Cuándo, cómo, quién lo hizo, cuántos fondos se necesitó, por qué el edificio se llama así, quién vivió ahí, por qué es importante ese lugar», explica.

Uno de los edificios más emblemáticos de Santa Ana es la antigua Escuela de Artes y Oficios José Mariano Méndez, la cual está en total abandono. Henry Chávez, de la oficina del Centro Histórico de Santa Ana, detalló que es el Ministerio de Cultura el que está a cargo de administrar dicho inmueble y se desconoce si existe algún tipo de proyecto para su restauración.

Preservar los inmuebles patrimoniales permite mantener la conexión de identidad con la historia, destaca el ingeniero Pastrana. «El patrimonio cultural edificado es un testigo físico de la historia nacional. Tiene bastante valor para el futuro», finalizó.

La Escuela de Artes y Oficios es un edificio histórico del siglo 19 de unos 5 mil metros cuadrados que ha quedado en abandono desde los años 70 del siglo pasado. Foto EDH/Emerson Del Cid

Emerson Del Cid
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