Falta poco para el duelo entre la Selección Nacional de fútbol de El Salvador y la de Panamá por Eliminatorias Mundialistas rumbo a Norteamérica 2026.
DEPORTES EDH conversó con Mauricio «Pipo» Rodríguez para una pequeña pero entrañable previa al juego de este viernes en el Estadio Cuscatlán.
«Pipo», siempre con su característica amabilidad, nos contó cómo vivirá el apasionante duelo que se avecina y una memoria de la mayor leyenda en el país canalero.
«A la Selección Nacional siempre la he visto poco por televisión, no me gusta estar zocando (afligido). Prefiero ver los resultados cada diez o quince minutos para ver cómo van».
«A mí me gustaba más jugar, y eso hace ratos pues, no hace poco».
«Imagínese, hace más de 50 años que colgué los botines, pero los resultados siempre los sigo, no me desentiendo de ellos».
«Hago zapping, me pongo a ver otros programas (para no ser preso de los nervios) y de ahí vuelvo sólo para ver cómo van. Así veo la tele yo».
«Un jugador panameño estuvo muy cerca de mí a quien recuerdo con mucho cariño y respeto porque ya falleció: Luis ‘Cascarita’ Tapia».
«Cascarita vino a la U y luego lo dejaron ir al Alianza lamentablemente».
«Ambos quedamos empatados en la tabla de goleadores, fuimos los líderes y nadie nos logró arrebatar dicha distinción».
«Por cierto, fue una temporada en donde en la Primera quedamos subcampeones como Universidad de El Salvador, mientras que Alianza festejó».
«La verdad es que ‘Cascarita’ Tapia era un jugador, cuando vino, sencillo, tranquilo, no era nada creído (presumido)».
«Desgraciadamente lo vendieron, me hubiese encantado que se quedara con nosotros. Hubiéramos sido en Universidad de El Salvador, campeones, porque Alianza, que se lo llevó, sí lo logró».
«Por salud no puedo ver completo el partido entre El Salvador y Panamá ininterrumpidamente, también es importante que mientras siga el marcador no haya nadie frente a mí porque podría pegarle una patada (risas)».
«Yo no aprendí bien, pero juego tenis por ejercicio, por salud, eso me ayuda a mi movilidad aunque no juegue ni de cerca bien. Pero estoy muy bien gracias a Dios».
