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Firpo: No es cómo empieza, sino cómo termina

OPINIÓN. Firpo demostró que encarnar al «ave fénix» nunca deviene en un camino de rosas, y, en todo caso, las clásicas espinas fueron sólo para recordar que el sufrimiento es parte del proceso de resurgir

El volante Diego Flores (arriba), en festejo con Cristian Gil. Foto: EDH Emerson del Cid
El volante Diego Flores (arriba), en festejo con Cristian Gil. Foto: EDH Emerson del Cid

«No es cómo empieza, sino cómo termina», reza el popular refrán. Firpo es la viva muestra de también otro dicharacho: «Quien persevera, alcanza». El conjunto pampero demostró con una acertada política administrativa y deportiva -pese a sus sabidas atenuantes- que un proyecto en donde se tengan claros la meta y el cómo lograrlo… dará tarde o temprano sus frutos.

Pocos creían que Firpo pudiese tener las agallas y los arrestos para derrotar al Alianza, que partía como favorito por sus más recientes precedentes.

Las memorias más cercanas, la histórica que domina a placer contra los pamperos, el «oficio» que tanto le alaban en tevé y radio… el conjunto albo tenía el beneplácito de muchos dentro y fuera de la prensa, también el de sus aficionados que le suelen sobrestimar en las finales y de paso, dígase con claridad, con la costumbre de apoyarles de forma masiva ya únicamente en el partido consagratorio…

Pero enfrente tuvieron a un Firpo que venía trabajando en silencio, y que por más que se le elogió en la Fase Regular por su buen desempeño, se negó a creer que tenía ya todo hecho. Supo darle la interpretación correcta según los contextos a cada momento, y no por haber realizado una fase de liga casi impecable, se manejó con las mismas formas en las rondas eliminatorias.

Sufrió contra Águila en la Semifinal de Vuelta, pero protegió el capital ganado en San Miguel.

Luego tumbó para ser campeón al Alianza en los penales. En el olvido quedaron aquellos 3-3 y 0-5 que no le favorecieron antes de la postemporada. Le cedió siempre el carácter de favorito al Alianza, víctima de la presión por rebasar a FAS para proclamarse en solitario como «Rey de copas».

Finalmente, Firpo se despegó de Metapán… que dejó hace ratos de animar el partido definitivo y se rezaga con 10 trofeos de liga.

Solano, artífice. Bien valoró una vez su homólogo Emigdio Benítez sobre el enfoque científico que el tico impregnó en su metodología de trabajo. Eso, junto a una buena pedagogía dotaron a los pamperos de lo necesario para campeonar.

Un saludo cordial al sufrido pueblo usuluteco y fanático de Firpo, consiguió resistir, esperar y nunca dudó en apoyar; ahí están los frutos, gócenlo. Feliz Navidad y feliz 2026, campeones.

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