Al fondo, los cerros azules de Apaneca surgen entre la bruma como gigantes de niebla.
Al fondo, los cerros azules de Apaneca surgen entre la bruma como gigantes de niebla.
Una antigua tradición católica que data de antes de 1958 en Apaneca, Concepción de Ataco, Ahuachapán, El Salvador, en honor a la Virgen María.
Según nuestra leyenda, un día la blanca flor del cafeto -arrancada por la ventisca- empezó a volar tan alto que le crecieron alas a su emigrante anhelo.
El “Cerro de las Ninfas” amaneció cubierto de nimbos, bruma y celestes nubarrones.
Un septiembre invernal llevó muchos turistas a la cumbre florida de Apaneca con sus sus selvas de ilusión que aprendieron a volar. Al igual que Ataco -otro pueblo más al …
Al final, todos somos actores y autores del drama, el romance y la tragedia humana.
Se perdió entre la feliz multitud de las caretas, encontrando antifaces de demonios, sirenas, animales y espectros.
Al verme así tal vez los demás se quiten la máscara y vuelvan a reír a la vida para que la vida les vuelva a reír.
Allá donde cada quien usa el disfraz que le conviene. Ya sea para engañar a los demás, esconder su risa o su tristeza o acaso su desconocida identidad.
Fue conmovedor el momento de quitarle la máscara y descubrirla: ¡Tenía el rostro de un ángel!
La realidad en tus manos
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