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Un ‘requiem’ robótico reflexiona en Ars Electronica sobre el genocidio como patrón humano

Un rostro robótico hiperrealista de cuatro metros de altura toma la palabra en el festival Ars Electronica en Austria, para reflexionar sobre el genocidio en la historia de la humanidad.

Festival Ars Electronica de Austria

Un rostro robótico hiperrealista de cuatro metros de altura toma la palabra en el festival Ars Electronica: con fragmentos de los discursos de Hitler y Stalin -entre otros-, el proyecto reflexiona sobre la violencia y la repetición del genocidio a lo largo de la historia de la humanidad.

«Requiem for an Exit» («Requiem para una salida») es obra de los artistas noruegos Frode Oldereid y Thomas Kvam, quienes trabajaron juntos entre 1994 y 2004 en proyectos de robótica, vídeo y sonido. Tras una pausa de dos décadas, han regresado con este impactante proyecto de aires apocalípticos en el pionero festival que se clausura este domingo en Linz.

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«Tenemos que preguntarnos: ¿es posible romper el ciclo de violencia? ¿Cuál es la función fundamental de la tecnología en esta era digital? Una cosa es segura: aunque nuestras tecnologías mejoran y se expanden rápidamente, especialmente con la inteligencia artificial, eso no significa que nos volvamos más inteligentes», explica Kvam en una entrevista a EFE durante la celebración de «Ars Electronica».

Según los autores, los humanos seguimos siendo criaturas que repetimos la destrucción, la violencia, los genocidios y la guerra, que pese a contar con nuevas herramientas y algoritmos, seguimos «reproduciendo los mismos patrones».

El artista conceptual y autor Kvam –cuya obra abarca la robótica, la pintura, el video y la publicidad–, junto con Oldereid –compositor, diseñador sonoro y docente–, han sido galardonados por su nuevo proyecto con el ‘Nica de Oro’ en la categoría «Nuevo Arte de Animación», uno de los premios más prestigiosos del mundo en el arte digital.

«Requiem for an Exit» es obra de los artistas noruegos Frode Oldereid y Thomas Kvam, quienes trabajaron juntos entre 1994 y 2004 en proyectos de robótica, video y sonido. Foto: EFE

Desde los primeros proyectos que llevaron a cabo los artistas hasta «Requiem for an Exit», sus robots han crecido en tamaño e intensidad emocional, confrontando más directamente al público.

En «Requiem for an Exit», la pieza articula distintas disciplinas y tecnologías: la robótica industrial para configurar el cuerpo, imágenes generadas por computadora para el rostro y una voz generada con síntesis de IA y actuación humana, modelos de lenguaje para su discurso, una coreografía hidráulica que le otorga movimiento, proyección mapeada sobre la escultura y sonido adaptado al espacio que envuelve al público.

Su monólogo reflexiona sobre la «arqueología de la violencia» como rasgo cultural y biológico, recorriendo genocidios antiguos hasta la actualidad, con la noción de que «el primer genocidio del Homo sapiens fue contra los neandertales hace unos 40.000 años», y cuestionando si se trata de «excepciones trágicas o patrones recurrentes de la humanidad».

El texto, escrito por los autores durante sus conversaciones, juega además con la ambigüedad: ¿es la inteligencia artificial la que da el último mensaje a la humanidad o es una creación humana? Y combina, «de manera casi tradicional, la narrativa con la innovación tecnológica».

«Desde un monólogo simple, el texto busca captar la atención del público, tomar todo lo que consumimos en pantallas y materializarlo en un ser físico, tridimensional, que se mueve y comparte nuestro espacio, en lugar de que nosotros entremos en el espacio digital», señala Oldereid.

Asimismo, el artista expone que su objetivo con el robot es «hacer un comentario sobre la situación política contemporánea que vivimos, como la guerra en Gaza», y añade que el proyecto es un llamado a la reflexión y al cuestionamiento, que pretende recordar al público cómo ser buenos humanos.

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