La también escritora española visitó El Salvador para presentar sus libros y para hablar de cómo sus redes sociales se convirtieron en una plataforma para hablar de salud mental y acercar la psicología a personas de todas las edades.
La también escritora española visitó El Salvador para presentar sus libros y para hablar de cómo sus redes sociales se convirtieron en una plataforma para hablar de salud mental y acercar la psicología a personas de todas las edades.
En un mundo cada vez más consciente de la importancia del bienestar emocional, pocas voces logran tender un puente entre la teoría académica y la vida cotidiana con tanta claridad como la de Ana Pérez, psicóloga y escritora española. Conocida en redes sociales como Nací Dramática, Pérez ha ganado un espacio relevante en el ámbito de la salud mental gracias a su estilo directo, cercano y, sobre todo, práctico.
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Su reciente visita a El Salvador, en el marco de la presentación de sus libros Terapia para llevar, Cuídate para crecer y Tiempo para vivir, abrió un diálogo necesario: ¿cómo se vive y se habla de psicología en América Latina frente a Europa?, ¿qué papel juegan los estigmas culturales en la manera en que gestionamos nuestras emociones?, y sobre todo, ¿por qué aún cuesta tanto pedir ayuda?
La conversación con Pérez nos invita no solo a descubrir la esencia de sus obras, sino también a reflexionar sobre la forma en que nuestras sociedades siguen cargando con creencias que pueden limitar el desarrollo emocional.
Derribando tabúes
Hablar de psicología en España no es lo mismo que hacerlo en países como El Salvador, Pérez lo sabe bien, pues en sus recorridos por Latinoamérica notó que, mientras en Europa se empieza a normalizar con más rapidez la asistencia psicológica, en muchos países de esta región persiste la idea de que acudir al psicólogo es sinónimo de debilidad o, en el peor de los casos, de “estar loco”.
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“En Latinoamérica escucho con frecuencia frases como hay que aguantarse, no exageres o no seas dramático. Esas expresiones, aunque parecen inofensivas, terminan acumulando frustraciones y desgastando. Las emociones hay que expresarlas, porque reprimirlas solo genera más dolor”, afirma la autora.
Para ella, la psicología no debería entenderse como un lujo ni como un último recurso, sino como una herramienta que acompaña el desarrollo humano en todas sus fases.
Pese a los avances, el tema de la salud mental sigue siendo un tabú mundial. Ana Pérez recuerda que incluso en Europa persisten silencios incómodos en torno a temas delicados como el suicidio. “Todavía hoy hablar de suicidio se evita, cuando está demostrado que conversar sobre ello, con responsabilidad, puede salvar vidas”, subraya.
La resistencia a buscar ayuda profesional se origina, en gran medida, en el miedo al juicio social. “Se piensa que pedir ayuda es fracasar. Pero en realidad, pedir ayuda es un acto supervaliente. Es reconocer que tienes un problema y que quieres cambiarlo”, explica.
Ana Pérez insiste en que la terapia es un espacio confidencial y libre de juicios, un lugar donde cada persona puede expresarse sin miedo. “A veces no tenemos en nuestro entorno alguien con quien hablar de verdad. El psicólogo cumple ese rol: escucharte, no juzgarte y darte un espacio solo para ti. Eso es terapéutico en sí mismo”, comenta.
Su mensaje resuena especialmente en culturas donde la vulnerabilidad se asocia a debilidad. Frente a esa creencia, Pérez responde con claridad: “No tienes que aguantar todo ni pasarlo solo. Necesitar ayuda no significa ser débil, significa ser humano”.
El origen de “Nací dramática”
Detrás de la psicóloga hay también una creadora de contenidos digitales que encontró en Instagram una ventana para hablar de salud mental. En pleno confinamiento por la pandemia de 2020, Pérez abrió su cuenta Nací Dramática. El nombre, lejos de ser un obstáculo, se convirtió en una marca que conecta con miles de seguidores que ven en la ironía un reflejo de su propia lucha emocional.
“Yo siempre digo: nací dramática, pero trabajo en mejorar. Ese es el espíritu. La psicología no es eliminar lo que somos, sino aprender a gestionarlo”, explica con humor.
Hablar de psicología en redes sociales es un reto. El formato breve de un post o un video no siempre permite profundizar en temas complejos. Aun así, Pérez destaca el valor de estas plataformas para normalizar la conversación sobre salud mental y acercar la psicología a audiencias que quizá nunca entrarían a una consulta.
“Es verdad que a veces se queda en la punta del iceberg, pero las redes han permitido que la gente vea la terapia como algo normal. Ese es un avance enorme”, afirma.
Una de las características más llamativas de los libros de Pérez es que cada uno ofrece cien herramientas prácticas para trabajar distintos aspectos del bienestar emocional. El proceso de selección, cuenta, parte de identificar problemas comunes y traducirlos en recursos accesibles.
“Me imagino que estoy frente a un paciente y pienso: ¿qué ejercicios le propondría? Algunas herramientas son simplificadas para que cualquier lector pueda aplicarlas, pero siempre con un enfoque práctico”, relata.
Terapia para llevar es un compendio de estrategias generales para afrontar el malestar cotidiano.
Cuídate para crecer se centra en la autoestima y la construcción de una relación más sana con uno mismo.
Tiempo para vivir aborda la gestión del tiempo y la organización de la vida diaria como una forma de ganar bienestar.
Aunque los libros son independientes, juntos forman un itinerario que acompaña diferentes dimensiones del crecimiento personal.
Más allá de la teoría, los libros de Pérez se perciben como manuales de supervivencia emocional. Sus lectores encuentran en ellos no solo reflexiones, sino actividades concretas: escribir, cuestionar creencias, replantear rutinas o ejercitar la autocompasión.
Ese carácter práctico explica el éxito de la trilogía. No se trata de textos abstractos, sino de herramientas que cualquiera puede probar desde casa. Y, como confiesa la autora, también nacieron de un proceso personal: “El primero fue casi un experimento. Nunca imaginé que tendría este alcance. Los siguientes fueron más exigentes, pero también más profundos”.
El feedback que inspira
El reconocimiento de colegas psicólogos que recomiendan sus libros, el agradecimiento de lectores que han encontrado alivio en sus páginas y el eco de su mensaje en redes sociales son, para Pérez, la confirmación de que el camino elegido es el correcto.
“Que otro psicólogo te diga que tu libro le parece útil es uno de los mejores cumplidos. Significa que no solo conecta con los lectores, sino también con profesionales”, afirma.
Tras culminar un máster habilitante en España, Pérez planea enfocarse en un máster de enfoque integrador basado en trauma y apego, además de especializarse en trastornos de la conducta alimentaria (TCA).
Por ahora, no habrá un nuevo libro en el corto plazo, pero su compromiso con la divulgación y la práctica clínica continúa intacto.
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