En un espacio de Apastepeque florece el arte y esculturas de José Sabas Gómez, un artista que vive, crea y muestra sus creaciones y de otros artistas de la zona. Foto EDH/Emerson Del CidCon una precisión meticulosa, casi como un cirujano, Sabas reconoce que cada escultura es arte en estado puro. El proceso requiere técnica, sensibilidad, paciencia y, sobre todo, intención. Foto EDH/Emerson Del CidEl museo cuenta con un espacio verde que está adornado con esculturas en ferrocemento, algunas creadas por Sabas y otras donadas, que dan vida al entorno y ofrecen un rincón de contemplación para los visitantes. Foto EDH/Emerson Del CidEn su taller se han esculpido vírgenes, cristos, santos patronos y piezas de procesión que han viajado a parroquias de distintos rincones de El Salvador. Foto EDH/Emerson Del CidLos distintos espacios con los que cuenta este museo no poseen simplemente obras de Sabas, si no de otros artistas también, principalmente de la zona. Foto EDH/Emerson Del CidEl área del rincón metalúrgico, un espacio que muestra la habilidad de Sabas con el metal. Foto EDH/Emerson Del CidEl recinto también cuenta con un sector de memoria histórica, donde hay un proyecto titulado Hacedores del Arte Popular Apastepecano, con fotografías, vitrinas y piezas que documentan la trayectoria de artistas locales. Foto EDH/Emerson Del CidEl área de exposiciones, que no solo exhibe sus creaciones en piedra, mármol o madera, sino también las de otros artistas, incluidos sus propios hijos y antiguos alumnos. Foto EDH/Emerson Del CidPara las fiestas de Apastepeque, Sabas elaboró una escultura en hierro en tamaño gigante del patrono Santiago Apostol del pueblo. Foto EDH/Emerson Del CidLa idea del nombre del museo «Musa» fue bautizada por otro artista, quien le explicó a Sabas que las musas eran en la mitología griega las máximas inspiradoras de la belleza. Foto EDH/Emerson Del CidAunque su especialidad es la madera, Sabas ha ampliado su campo creativo. Ha trabajado con mármol, piedra y ferrocemento, materiales que lo han llevado a participar en eventos internacionales. Foto EDH/Emerson Del CidEl acceso al museo es simbólico; apenas un dólar, un aporte que permite mantener las instalaciones y sostener ese refugio de arte en medio del municipio. Foto EDH/Emerson Del Cid
