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La arqueología del futuro y cómo Óscar Pérez convierte el durapax en estelas prehispánicas

Es una exploración sincrética entre la cosmogonía prehispánica y el consumismo global, en la que el artista Óscar Pérez Méndez utiliza desechos de durapax para forjar «ruinas prospectivas» que cuestionan la nueva colonialidad.

Muestra de arte “REMIXES" del artista visual Óscar Pérez Méndez
Óscar Pérez en la inauguración de la primera parte de su serie "REMIXES", inaugurado en octubre de 2024 en el Teatro Luis Poma. Foto: EDH / Archivo

El artista visual salvadoreño Óscar Pérez presenta «REMIXES: De Mictlán a Xibalbá», el segundo capítulo de una serie que la historiadora y museóloga Alejandra Cabezas –curadora a cargo de la muestra-, define como un «manifiesto posmoderno y decolonial».

Esta nueva entrega, que se inaugura este 27 de noviembre en la Embajada de México, constituye un recorrido sincrético por la concepción ancestral de la muerte en la cosmogonía mesoamericana (mayas, aztecas, etc.), resignificándola desde el «torbellino ruidoso del presente».

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El eje central de este nuevo capítulo es el mismo uso de bloques residuales de poliestireno expandido, conocido popularmente como durapax, al igual que el primero. Este material polimérico, que es el vestigio de una nueva colonialidad para Pérez, continúa modificando nuestro paisaje cultural al ritmo del consumismo desmedido impulsado por el mercado global.

Para el artista visual nacido en 1977, «REMIXES» es su apuesta más audaz y arriesgada, tanto por los materiales utilizados como por el carácter lúdico de sus procesos de producción. Para esta segunda parte, presentará de 10 a 12 piezas.

Muestra de arte “REMIXES: De Mictlán a Xibalbá” del artista visual Óscar Pérez Méndez
Pieza «Portal» (Mictlán) cyberpunk remix versión, de 210 x 556 x 12 cm. El Mictlán es el inframundo o «lugar de los muertos» en la cosmovisión mexica. Foto: cortesía del artista visual

La propuesta del compatriota aborda el impulso ancestral de crear, donde la arquitectura se vuelve el primer arte y la materia se convierte en lenguaje.

Sus ciudades imaginadas, concebidas para combatir la «edad líquida» contemporánea, están habitadas por Balam, una figura que encarna el tránsito entre mundos. El artista utiliza el concepto de remix como una arqueología del futuro, fusionando el pasado prehispánico con el porvenir.

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SÍMBOLO Y ESTELA

La clave de la propuesta radica en la resemantización del durapax. Este polímero contiene los contornos del intermitente flujo de mercancías que trazan líneas de desplazamiento de una nueva colonialidad.

Los curadores Antonio Romero y Mauricio Kabistán destacaron en su oportunidad –para la primera parte de la serie en 2024– que la muestra utiliza el polímero de los empaques de electrodomésticos que llegan a El Salvador, los cuales «guardan en su forma la memoria del cuerpo que contuvieron».

Muestra de arte “REMIXES: De Mictlán a Xibalbá” del artista visual Óscar Pérez Méndez
Obra «Zoomorfísmo Nahual» (Xolotl) agazapado, de 105 X 100 X 75 cm. El Xolotl es una deidad azteca que suele ser descrito como un hombre con cabeza de perro. Era guía de las almas de los muertos. Foto: cortesía del artista visual

Pérez recolecta y ensambla estas piezas desechadas «al mejor estilo de un rompecabezas» para recrear figuras de la memoria histórica prehispánica. De esta manera, logra revertir los códigos del consumo.

El artista transforma este desecho industrial en una superficie ritual, donde la geometría industrial se vuelve signo y el embalaje se convierte en estela.

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El ciclo de la instalación culmina en la mazorca, símbolo del maíz («tlaolli», grano seco de maíz en náhuatl), considerado la «carne del hombre» y el sustento primordial en la cosmovisión ancestral. En última instancia, la obra busca devolverle a la forma su dimensión ritual y a la materia su capacidad de recordar.

La trascendencia de esta serie se reafirmó con un prestigioso galardón regional. Con «REMIXES», el arte salvadoreño conquistó la XXII Bienal de Escultura y Cerámica de Centroamérica y el Caribe celebrada en Tegucigalpa, Honduras, en julio pasado.

Muestra de arte “REMIXES: De Mictlán a Xibalbá” del artista visual Óscar Pérez Méndez
«Tlaolli». Mide 220 x 106 x 19 cm. Dicho vocablo del náhuatl se traduce como grano seco de maíz. Foto: cortesía del artista visual

La obra «Estructura Ritual XVIII», una pieza que se desprende de esta serie, fue distinguida con el Premio Único en Escultura, reafirmando la visión crítica e innovadora del artista en el uso de materiales.

La pieza ganadora, creada en 2025, es un ensamble de 1.49 X 1.65 X 69 centímetros. Su triunfo en la Bienal no es un hecho aislado, sino la culminación de una trayectoria marcada por la innovación y la crítica social.

El artista, licenciado en Artes Plásticas por la UES, ha expuesto en colecciones privadas de Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia y El Salvador.

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Vale resaltar que la serie «REMIXES» ha marcado los cierres de ciclo del artista en dos años consecutivos. El primer episodio se estrenó concluyendo la Temporada 2024 del Luis Poma. Este fue un momento significativo en su carrera, pues fue su primera exposición tras atravesar un difícil capítulo en su trayectoria artística, incluyendo un proceso judicial por la destrucción de una obra anterior exhibida en Suchitoto.

Este segundo episodio, «REMIXES: De Mictlán a Xibalbá», cierra un nuevo ciclo en la trayectoria de Pérez este 2025. Para el artista, esta oportunidad representa la posibilidad de llevar el juego de los signos y símbolos más allá del presente, proyectando una arquetipia que, vista en el tiempo, podría considerarse una nueva arqueología.

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