¡Histórico! El Salvador logra su primer Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco
La Cofradía de las Flores y las Palmasde Panchimalco obtuvo este miércoles el primer reconocimiento de la Unesco para El Salvador, en una sesión marcada por fuertes expresiones culturales latinoamericanas.
Con su primera inclusión en la listas de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, El Salvador se suma oficialmente a este mapa mundial de tradiciones que buscan perdurar frente al paso del tiempo. Foto EDH / Archivo
La Cofradía de las Flores y las Palmas de Panchimalco hizo historia este miércoles al convertirse en la primera manifestación cultural de El Salvador inscrita en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. La decisión se anunció durante la reunión anual del Comité Intergubernamental, que este año se desarrolla en Nueva Delhi, India, donde desde el martes se debaten 68 candidaturas provenientes de todas las regiones del mundo.
La inclusión de esta tradición salvadoreña es histórica para el país, especialmente porque en 2023 ya había sido declarada patrimonio inmaterial nacional debido a sus profundas raíces indígenas, que se remontan al periodo colonial. La festividad está estrechamente ligada a la devoción mariana y combina elementos espirituales con una riqueza artística y comunitaria que ha perdurado por generaciones.
La Feria de las Flores y las Palmas de Panchimalco es una de las tradiciones más coloridas de El Salvador. Foto EDH / Archivo
La celebración, considerada una de las más emblemáticas del municipio de Panchimalco, integra rituales, música, danzas, gastronomía y una de sus expresiones más reconocidas: la solemne procesión de palmas decoradas con flores silvestres, elaboradas por manos locales que mantienen viva una tradición transmitida de padres a hijos.
El reconocimiento a la Cofradía de las Flores y las Palmas se dio en una jornada marcada por otras aprobaciones relevantes dentro del ámbito musical latinoamericano. Entre ellas, la Unesco inscribió el son cubano, género revitalizado en la década de los noventa gracias al proyecto Buena Vista Social Club, cuya influencia global ayudó a preservar su autenticidad. Asimismo, la organización reconoció el joropo de Venezuela y el “cuarteto” de Córdoba, Argentina, ambos inscritos el martes, reforzando la visibilidad de los ritmos tradicionales de la región. En Perú, la Sarawja de Moquegua, que combina música y danza de raíces aymaras, también recibió la distinción este miércoles.
La preparación de ramos, palmas y ofrendas florales forma parte de un ritual heredado por generaciones. Foto EDH / Archivo
Las manifestaciones vinculadas a la fe tuvieron igualmente un espacio destacado en la sesión. La Fiesta de la Virgen de Guadalupe en Sucre, Bolivia, y la representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa, México, fueron incorporadas a la prestigiosa lista, evidenciando la fuerza cultural que conservan las prácticas religiosas en América Latina. Chile, por su parte, sumó un nuevo elemento a su legado internacional con la inclusión del circo de tradición familiar, una actividad transmitida por generaciones y que aún mantiene vivo su espíritu itinerante.
La Unesco recordó que este reconocimiento busca alentar a las naciones a proteger su “patrimonio vivo”, conformado por tradiciones orales, artes escénicas, rituales y conocimientos transmitidos en comunidad. En esta misma sesión se incorporaron once candidaturas a la lista de manifestaciones que requieren “medidas urgentes de salvaguardia”, entre ellas la artesanía ancestral ñai’ũpo de Paraguay y los conocimientos tradicionales utilizados para construir casas de quincha y realizar la junta de embarre en Panamá.
Antes de iniciarse la reunión de Nueva Delhi, que concluye el sábado, ya figuraban 788 prácticas de 150 países en las listas del Patrimonio Cultural Inmaterial. Con su primera inclusión, El Salvador se suma oficialmente a este mapa mundial de tradiciones que buscan perdurar frente al paso del tiempo.
