El príncipe Hisahito de Akishino, segundo en la línea sucesoria al Trono del Crisantemo de Japón, cumple 19 años este sábado participando en los ritos protocolarios que le permiten sumarse a las actividades oficiales de la familia imperial, cuya supervivencia recae sobre él, el último varón nacido en su seno.
La ‘ceremonia de mayoría de edad’, que se celebró ayer por primera vez en 40 años, marcará la introducción del joven en los actos públicos de la dinastía reinante más antigua del mundo y le otorga derechos preferentes de sucesión por encima de su prima Aiko, hija del actual emperador, Naruhito, en medio del estancado debate sobre la ley sálica vigente en el país asiático.
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Hijo del actual príncipe heredero, Fumihito de Akishino, hermano del emperador, y la princesa Kiko, Hisahito, cuyo nombre significa «sereno y virtuoso», nació el 6 de septiembre de 2006 en Tokio y fue el primer varón en llegar a la familia imperial japonesa en 41 años.
La llegada del hijo menor de los príncipes Akishino, que tienen otras dos hijas, Mako (que adoptó el apellido Komuro tras casarse con un civil y abandonar la familia imperial) y la princesa Kako, se produjo en un momento en el que Japón debatía la modificación de la ley de sucesión vigente desde 1947, que reserva este derecho a los varones, para que su prima Aiko pudiera heredar el trono.
El nacimiento de Hisahito paralizó el debate, en segundo plano hoy en día, y centrado en si debería permitirse que las mujeres de la familia imperial permanezcan como miembros de la institución tras su casamiento para que puedan participar en actos oficiales.
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De los 16 miembros actuales de la familia imperial nipona, once son mujeres, esposas de príncipes o sus hijas solteras, pues cuando las mujeres de la familia contraen nupcias con ciudadanos normales deben abandonar la genealogía familiar y sus funciones.
También se está estudiando si rescatar hasta cierto punto los derechos de pertenencia o incluso sucesorios de varones nacidos en las ramas colaterales de la familia imperial, descartadas con la adopción de la ley actual tras la Segunda Guerra Mundial.
Mientras continúan las deliberaciones al respecto, que está llevando a cabo un comité gubernamental especial, la casa imperial japonesa cuenta con tan sólo tres miembros con derechos sucesorios: el príncipe heredero Fumihito, de 59 años; el propio Hisahito (19) y el tío abuelo de este último, el príncipe Hitachi, de 89 años.
Estas circunstancias cargan de facto la supervivencia de la familia imperial japonesa amparada por la normativa actual en los hombros de la descendencia del joven Hisahito.
En 2019, cuando comenzaba la secundaria y tenía 12 años, fue objeto de un intento de asesinado por parte de un hombre disconforme con el sistema sucesorio actual, que dejó dos cuchillos en el pupitre del joven con los que reveló que planeaba apuñalarlo.
Las encuestas de opinión más reciente muestran que la mayoría de los japoneses son favorables a que haya una emperatriz reinante.
Amante de las libélulas, sobre las que suele realizar trabajos de campo desde que adquirió gusto por ellas en sus años en la escuela primaria, Hisahito fue al Jardín de Infancia y a la Escuela de Primaria y Secundaria de la Universidad de Ochanomizu, en Tokio, y se graduó de sus estudios de Secundaria Superior en la escuela adjunta a la Universidad de Tsukuba esta pasada primavera.
El príncipe fue el primer miembro de la familia imperial tras la posguerra que no ha estudiado en instituciones afiliadas a la Universidad Gakushuin, establecida en el siglo XIX como una escuela para aristócratas y a las que asistieron sus hermanas y prima.
Hisahito comenzó el pasado abril a cursar estudios en la Escuela de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias de la Vida y del Medio Ambiente de la mencionada Universidad de Tsukuba, y a mediados del pasado febrero adquirió el carnet de conducir.