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Muere Callejas, el perrito que caminaba con prótesis en Concepción de Ataco

Las causas de su muerte se debieron a sus lesiones tras haber sido atropellado hace cinco años, antes de ser adoptado.

Callejas fue reconocido en Concepción de Ataco porque salía a caminar con su dueño, Antonio Ochoa, a pesar de su limitante física tras haber sido arrollado. | Foto EDH/Archivo

Callejas era un perro criollo que se ganó la simpatía de lugareños y turistas en Concepción de Ataco, Ahuachapán Centro, no sólo porque era amigable, sino por su tenacidad al aprender a caminar con una prótesis luego de haber sido atropellado por un vehículo el 22 de julio de 2020.

Precisamente dicho incidente fue lo que le provocó la muerte, tras más de cinco años, debido a que colapsaron sus riñones e hígados, confirmó Antonio Ochoa, quien lo adaptó de forma inmediata tras haber sido rescatado por unos trabajadores. Callejas falleció el 29 de diciembre.

La explicación que recibió Ochoa de parte de un veterinario es que el colapso de sus órganos pudo haber ocurrido en días o semanas tras el accidente; sin embargo, su tenacidad y los cuidados que recibió prolongaron su vida.

“Una parte de mi vida se fue; pero tengo fe en Dios que estará en un mejor lugar sin sufrimiento”, escribió Ochoa.

Era un perro dinámico y amigable; incluso, no rehusaba ser disfrazado en distintas festividades. | Foto EDH/Cortesía

Los restos de Callejas fueron trasladados a un parque memorial de San Salvador donde fue cremado. Posteriormente sus cenizas fueron trasladadas a Concepción de Ataco.

Callejas fue reconocido en el municipio por su supervivencia tras ser arrollado y porque todas las tardes salía a caminar con Ochoa.

Lo hacía utilizando una especie de carretilla con dos llantas que era sujetada en su cuerpo debido a que las patas traseras no tenían movimiento por los golpes que recibió. Eso generaba que se arrastrara para movilizarse.

El canino comenzó a presentar problemas de salud a partir del 24 de diciembre. | Foto EDH/Cortesía

Pero Ochoa era consciente del dolor que eso podía provocar por lo que en su casa le colocaba alfombras, principalmente en la zona donde el canino permanecía.

También instaló cerámica al piso; pero uno de los momentos más gratificantes para él fue cuando Callejas aprendió a caminar utilizando la prótesis.

Nadie lo detenía en su recorrido por el pueblo. Subía y bajaba las aceras y avanzaba, incluso, a un ritmo más ágil que Ochoa.

Todo a pesar de las lesiones en su columna y al peso de la estructura, que era de hierro.

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