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“Juegan con la vida de uno”: paciente con insuficiencia renal afectado tras despidos en hospital Rosales

La preocupación embarga a este joven que requiere semanalmente de diálisis peritoneal. Él pide ayuda para poder encontrar a un donante de riñón.

José Guillermo Galeano tiene 25 años, padece de insuficiencia renal y tras los despidos en hospitales no ha podido continuar con su tratamiento de diálisis peritoneal. El joven pide ayuda para un trasplante de riñón. Foto cortesía / Caro Huellitas (Facebook).

“A los que más afectan con estas decisiones es a nosotros los enfermos, a los de bajos recursos”, lamenta José Guillermo Galeano Díaz, de 25 años, un paciente diagnosticado hace seis años con insuficiencia renal.

El pasado 23 de diciembre José Guillermo llegó temprano en la mañana al Hospital Nacional de Neumología y Medicina Familiar “Dr. José Antonio Saldaña”, al sur de San Salvador, para que le realizaran una diálisis peritoneal. En la sala, el joven estaba acompañado por dos pacientes más.

En medio del procedimiento, que debe cumplir cada semana, llegó la notificación de que personal de salud del hospital Rosales, que temporalmente había sido reubicado en ese otro nosocomio, quedaba despedido, entre ellos los de la unidad de diálisis. Entonces, el personal de enfermería optó por detener el tratamiento.

“Llamen a sus familiares, que los vengan a traer porque no van a mandar a alguien que esté con ustedes. Solo nos están sacando y ya”, fueron las palabras de las enfermeras a cargo, según recuerda José.

“A todos los despidieron. Fue todo un alboroto. Nos estaban atendiendo bien. Tenía solo tres horas de estar ‘conectado’, nos desconectaron, nos limpiaron y después me tocó venir a la casa con el abdomen lleno de agua (solución de diálisis)”, relata José Guillermo.

EDC despidos masivos de trabajadores hospital rosales
Justo sobre la entrada al edificio principal del Hospital Central, una fila de decenas de trabajadores de distintas áreas del Rosales esperaban,el 23 de diciembre, para pasar a una mesa donde les detallaron el proceso para recibir su dinero por los años laborados. Foto EDH/Emerson Del Cid.

La diálisis peritoneal sustituye parcialmente la función de los riñones cuando estos no pueden eliminar desechos y exceso de líquidos. Utiliza el peritoneo, la membrana que recubre el abdomen.

A través de un catéter se introduce en el abdomen un líquido estéril que actúa como un “limpiador” de la sangre, el cual permanece por varias horas. Mientras tanto, los desechos y el exceso de agua pasan desde la sangre hacia el líquido mediante el peritoneo.

Luego, el líquido ya usado se drena hacia una bolsa externa, saliendo las toxinas que el riñón enfermo ya no puede eliminar. Tras desechar esa bolsa, se introduce nuevamente líquido limpio y el ciclo se repite varias veces al día.

Con la solución de diálisis aún en su abdomen y tras muchas horas de búsqueda, Galeano, un pariente y una amiga encontraron una clínica privada en la colonia Escalón, en San Salvador Centro, donde pudieron terminar el procedimiento que costó unos $200.

José Guillermo y su familia son de escasos recursos, viven en el cantón Cimarrón, en el puerto de La Libertad. Debido al avance de su enfermedad el joven no ha podido seguir trabajando, una situación que lo coloca siempre entre la escasez económica y la enfermedad. Continuar su tratamiento en un centro médico privado sería muy difícil para él.

Ese día, su amiga logró convencer a conocidos en Estados Unidos para completar el dinero para la diálisis de José Guillermo, además de utilizar parte de los pocos ahorros del joven para transportarse.

“Me molesté, me sentí con impotencia, juegan con la vida de uno. Con una diálisis que uno pierda se pone en riesgo la vida”, expresa Galeano.

Al momento de retirarse del hospital Saldaña, Guillermo preguntó a las enfermeras si había oportunidad de continuar con su tratamiento en otro hospital. “En el Hospital El Salvador no hay cupo, está saturado, tampoco en el hospital Zacamil y en el hospital Rosales solo hacen hemodiálisis”, fue la respuesta que obtuvo.

A la preocupación por su enfermedad y las dificultades económicas se suma ahora la incertidumbre pues aún no le han informado si el hospital Saldaña o el hospital Rosales ya cuentan nuevamente con el personal especializado para realizar diálisis peritoneal.

“El lunes (29 de diciembre) debo hacerme la siguiente diálisis, como no me dejaron cita, tengo que ir a ver, a rogarles, si por emergencia me la pueden hacer porque esta es una enfermedad terminal que no hay que andar jugando con ella”, dice con angustia.

Un trasplante de riñón

Según la versión de algunos médicos que lo han atendido, José Guillermo tiene en buen estado el resto de sus órganos, es fuerte y puede tener la posibilidad de que le realicen un trasplante de riñón. Con esas palabras, el joven guarda la esperanza de que alguna persona esté dispuesta a donarle uno de sus riñones para recuperar su calidad de vida.

“Lo que más quisiera es poder tener un trasplante de riñón. Soy joven, quisiera trabajar, estudiar y salir adelante. Solo quiero una segunda oportunidad”, dice José Guillermo.

Aunque reconoce que también en los hospitales Rosales y Zacamil hay una lista extensa de espera para trasplante de riñón, “uno tiene fe de que tarde o temprano uno puede llegar ser candidato”.

Si usted desea ayudar o ser un donante para José Guillermo, puede contactarlo al número 7955-5184.

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