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Cómo trazar propósitos de Año Nuevo sin caer en el estrés

Especialistas en psicología deglosan una serie de consejos que te orientarán a la hora de que enumeres tu lista de propósitos para el 2026, y que logres pasar del entusiasmo al bienestar por haberlos logrado.

Cómo trazar propósitos de Año Nuevo sin caer en el estrés
Foto: Shutterstock

Con la llegada de un nuevo año también aparecen las listas de propósitos: hacer ejercicio, ahorrar, aprender algo nuevo o mejorar la salud mental. Sin embargo, para muchas personas este ritual termina convirtiéndose en una fuente de presión, culpa o frustración cuando las metas no se cumplen en los primeros meses.

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La psicología advierte que el problema no está en proponerse cambios, sino en la forma en que se plantean.

El sitio especializado en comportamiento humano, psicologiaymente.com, coincide en que trazarse objetivos de manera consciente, flexible y estratégica puede marcar la diferencia entre abandonar en enero o sostener los avances durante todo el año.

Más que exigir resultados inmediatos, se trata de construir procesos que respeten los tiempos, las circunstancias personales y el bienestar emocional.

Los expertos en salud mental, de elpradopsicologos.es, invitan a estar consciente de que plantear propósitos desde el equilibrio emocional y la realista planificación no solo reduce el estrés, sino que aumenta las probabilidades de éxito. Al final, no se trata de cumplirlo todo en poco tiempo, sino de avanzar con sentido y bienestar.

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Estas son cinco recomendaciones respaldadas por la psicología para convertir los propósitos de Año Nuevo en aliados, y no en una carga.

1. Vence el temor al cambio

Toda meta implica, en cierta medida, una transformación que nos obliga a salir de nuestra zona de confort, a esforzarnos y cambiar algunos de nuestros hábitos. Sin embargo, a menudo la simple idea del cambio es suficiente para infundir temor, por eso muchas personas prefieren quedarse en su zona de confort y aplazan continuamente las tareas para un mañana que jamás llegará. Si eres de los que suelen procrastinar, recuerda que carecer de un plan detallado es la vía más segura para no lograr una meta.

2. Busca lo que te motiva

No te preocupes por los objetivos que se han planteado las personas que se encuentran a tu alrededor, pregúntate qué te motiva, qué te gustaría hacer realmente, qué te apasiona. Así podrás estar seguro de que las metas que te planteas representan verdaderamente algo importante para ti. Antes de plantearte un objetivo, pregúntate siempre el por qué, la respuesta a esa pregunta será la que te dará fuerzas para luchar por tu meta

3. Empieza con metas pequeñas y claras

Tener grandes sueños no es un error, pero sí lo es intentar abarcar demasiado desde el inicio. La psicología recomienda definir objetivos concretos y alcanzables, siguiendo criterios como los del método SMART: que sean específicos, medibles, realistas, relevantes y con un plazo definido. Esto permite saber exactamente qué se quiere lograr y evaluar el progreso sin ambigüedades.

4. Divide los objetivos en pasos manejables

Una meta ambiciosa puede generar ansiedad si se percibe como lejana o inalcanzable. Fragmentarla en acciones pequeñas facilita el avance y reduce la sensación de agobio. Por ejemplo, un objetivo financiero grande puede comenzar con un ahorro mensual ajustado a la realidad personal, en lugar de una exigencia difícil de sostener.

5. Prioriza los hábitos sobre la motivación

La motivación inicial suele ser intensa, pero pasajera. En cambio, los hábitos se construyen con repetición y constancia. Los expertos sugieren enfocarse en crear rutinas simples que se integren a la vida diaria, como dedicar unos minutos fijos al día a leer, caminar o planificar gastos, en lugar de depender del impulso del momento.

6. Ajusta el rumbo y practica la autocompasión

No cumplir un plan al pie de la letra no equivale a fracasar. La vida cambia y, con ella, las prioridades. Adaptar las metas ante imprevistos es una señal de flexibilidad, no de debilidad. La psicología destaca la importancia de tratarse con amabilidad y entender que los ajustes forman parte del proceso.

7. Reconoce y celebra cada avance

Valorar los pequeños logros refuerza la autoestima y mantiene el compromiso con la meta. Celebrar avances, por mínimos que parezcan, ayuda a tomar conciencia del progreso real y a sostener el esfuerzo a largo plazo.

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