Residentes de la comunidad Brizuelitas, en el kilómetro 32 y medio de la carretera al puerto de La Libertad, piden mejoras en las vías de acceso a sus hogares, luego de que maquinaria pesada demoliera la parte frontal de sus viviendas como parte de las obras de ampliación de la vía que conduce hacia ese destino turístico y comercial.

El Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) realiza  trabajos de ampliación de dos a cuatro carriles de la carretera en este tramo de la carretera de El Litoral que conduce hacia la playa El Obispo y el puerto de La Libertad. La obra aspira a descongestionar y agilizar el tráfico hacia destinos turísticos como Sunset Park o playas como El Zonte, además se instalarán ciclovías en el sector que está siendo intervenido, y aceras peatonales.

En la comunidad Brizuelitas, las escaleras de madera colocadas por petición de los habitantes a encargados de los trabajos en la zona son inseguras e inestables para pobladores, especialmente para personas adultas mayores.

En un recorrido realizado por este periódico durante la mañana de este 16 de diciembre, trabajadores del MOPT realizaban obras menores y el tráfico era poco concurrido. Algunos adultos mayores o padres de familia descendían con sus hijos por las escaleras improvisadas de madera que en su mayoría carecen de suficiente inclinación para dar adecuadamente las pisadas y presentan alguna inestabilidad, por lo que los habitantes afirman que son “peligrosas” para adultos mayores y niños.

“Nosotros hemos pedido también la construcción de una pasarela. Ahorita no hay mucho tráfico, pero cuando ya estén los cuatro carriles va a ser más complicado cruzar la calle”, dice Mario Alberto Hernández, de 45 años, quien siempre ha vivido en la comunidad Brizuelitas.

Ildefonsa Escamilla, de 84 años, quien tiene más de 60 años de vivir en esta comunidad, expresó que las gradas colocadas a la entrada de su casa que ha sido intervenida son inseguras para ella, pues sufre de dolores en su rodilla derecha y teme resbalarse y fracturarse. “Si me caigo de allí, sería decir adiós”, mencionó Escamilla.

Antonio Escamilla, nieto de Ildefonsa, recuerda que en la parte demolida de su casa “había una pila, una cocina y un pasillo para salir, eran cómo dos metros y medio de aquí para allá”, refiriéndose al espacio absorbido por las obras de de ampliación.

“A veces cortan el agua por días. Las casas están llenas de polvo por la construcción. Nos han dicho que van a ser dos carriles para abajo y dos para arriba, la acera va a ir enfrente de la casa. Ya casi son tres años con esta polvareda», manifestó el familiar.

La obra, que inició en octubre pasado, tiene un presupuesto de unos $40 millones, no obstante no hay una fecha exacta en que pueda concluir.

“La obra responde a la creciente demanda de infraestructura vial en el marco de la estrategia Surf City, que ha posicionado a El Salvador como un destino de clase mundial para el turismo de playa y surf”, han explicado autoridades de MOPT.

Los encargados de la obra les habían sugerido a los residentes transitar por la zona superior de la comunidad, un espacio con vegetación, pero de terreno con mucho relieve que tampoco es viable para adultos ni niños y que además la única salida está a varios metros de distancia. Por ello, los habitantes pidieron las escaleras improvisadas o en otros casos, ellos mismos las han instalado.

Hernández, quien vive junto con su madre y otros parientes, menciona que en la parte baja de la casa había un negocio de artículos de playa como trajes de baño, flotadores, vestidos, el cual fue demolido por la maquinaria pues el espacio quedaba dentro del diseño de la ampliación de la carretera. “Nos hemos visto afectados, porque mi prima se quedó sin el negocio y no podemos continuar porque no está permitido vender a la orilla de la calle”, lamenta el residente.

A pocos metros de la casa de los Hernández, una jefa de hogar, que prefirió omitir su nombre, resintió el daño a una parte de su vivienda que no estaba contemplada que sería intervenida. Según la ama de casa, los trabajadores destruyeron el área de la cocina y la habitación de su madre. “No han querido reconocer por los daños”, denuncia. Debido a la intervención y con las lluvias del invierno, el suelo se volvió frágil y otra parte de la vivienda está agrietada con la amenaza de caer.

La mujer, que vive junto con otros siete parientes, espera también que les corrijan la escalera de acceso pues es “peligrosa” para su anciana madre. “Ella no puede caminar bien. Si se presenta una emergencia, ¿cómo la saco por allí?”, se pregunta.

Compensaciones

De acuerdo a los residentes, algunos de los afectados han recibido pagos en compensación por los daños en sus hogares, a otros en cambio los tienen en espera.

“Estamos afectados en varias situaciones. Hemos pedido que nos ayuden con lo del pago (compensación), las gradas y la pasarela. Ojalá nos resuelvan”, piden los habitantes. 

Para esta nota periodística se pidió la versión del MOPT sobre estas denuncias, pero no se obtuvo respuesta.