Más de 74,000 niños menores de nueve años recibieron atención médica en el sector público por cuadros diarreicos agudos (EDAS) y gastroenteritis a nivel nacional, según datos del Ministerio de Salud (Minsal) hasta el cierre de noviembre.

El corredor epidemiológico indica que las enfermedades gastrointestinales han mantenido una tendencia a la baja en lo que va del año y actualmente se encuentran en zona de éxito o control.

Sin embargo, hasta la semana epidemiológica (SE) 48 del 23 al 29 de noviembre el personal de salud había atendido a 74,604 niños menores de nueve años, posicionándose como el grupo etario más afectado en el territorio salvadoreño.

“Desde hace décadas, las enfermedades gastrointestinales y las infecciones respiratorias agudas siguen siendo las principales causas de consulta en nuestro país”, señaló el presidente del Colegio Médico de El Salvador (Colmedes), Dr. Iván Solano Leiva.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que, en países de ingresos bajos, los niños menores de tres años sufren en promedio tres episodios de diarrea al año. Cada episodio limita la absorción de nutrientes necesarios para su crecimiento; en consecuencia, sus defensas disminuyen y quedan expuestos a otras enfermedades oportunistas.

En el caso de los adultos de 20 a 29 años, se registran 38,633 consultas por complicaciones de cuadros diarreicos, según los datos oficiales. Las organizaciones médicas instan a mantener especial atención en los adultos mayores de 60 años, quienes pueden presentar complicaciones más severas. Hasta la fecha, se reportan 17,580 consultas en este grupo.

El infectólogo explicó que “estas enfermedades son endémicas en nuestro país”, pero advirtió que existen determinantes sociales que influyen en su comportamiento.

Entre estas destaca la población joven (20 a 29 años), que ocupa el segundo lugar en consultas a nivel nacional y es, además, el sector laboralmente activo que con mayor frecuencia consume alimentos preparados en la calle.

“Aunque la comida en la calle es mucho más barata, no todos los negocios tienen las condiciones adecuadas de higiene para preparar los alimentos; por lo tanto, estamos más propensos a desarrollar gastroenteritis, ya sea por infecciones bacterianas o parasitarias”, agregó el experto.

Según los datos publicados por el Minsal, seis de los 44 municipios están catalogados con moderada afectación: La Unión Norte, Cuscatlán Norte, La Libertad Norte, Sonsonate Este, Morazán Norte y Morazán Sur.

Una de las recomendaciones más frecuentes de los especialistas es la adecuada disposición de la basura y excretas, debido a que “los promontorios de desechos, incluso papel higiénico usado, generan presencia de moscas y otros vectores que transportan heces fecales y contaminan alimentos, utensilios de cocina y otros objetos”, explicó Solano Leiva.

Desde la semana epidemiológica 37, comprendida entre el 7 y el 13 de septiembre, se ha registrado un promedio semanal de 3,000 atenciones por complicaciones diarreicas en los centros del Ministerio de Salud.

El portal de información del Minsal señala que, del total de 217,218 consultas por diarrea en el país, 10,493 pacientes requirieron hospitalización por complicaciones.

Datos recopilados por El Diario de Hoy confirman una disminución marcada de la enfermedad: 77,563 casos menos atendidos hasta la semana epidemiológica 45 de este año, en comparación con el mismo periodo del año anterior.

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Muertes prevenibles 

Las enfermedades gastrointestinales que causan diarrea son, en su mayoría, prevenibles mediante medidas básicas como el lavado de manos. También pueden tratarse eficazmente si los pacientes reciben atención oportuna, ya que la deshidratación es una de las principales complicaciones.

Aunque el sitio oficial no detalla el número de fallecimientos asociados, el Minsal indica que la letalidad se mantiene en 0.29%.

Para el infectólogo, el acceso a agua potable es clave en la prevención, pues no solo reduce la ingesta de bacterias, sino que también facilita la higiene en los hogares salvadoreños.

Expertos en salud señalan que la principal razón por la que niños y adultos mayores son más vulnerables es la malnutrición.

Datos de la OMS indican que cada año la diarrea puede provocar la muerte de más de 400,000 niños menores de cinco años y de otros 50,000 entre cinco y nueve años a nivel global.

En los menores, los síntomas son más evidentes debido a cambios notorios en su apariencia, falta de energía y palidez. En los adultos mayores, la detección es más difícil, ya que tienden a aislarse, reducir la ingesta de alimentos o evitar hablar del malestar por vergüenza.

Solano Leiva explicó que los menores son más vulnerables porque “desde el punto de vista biológico, su sistema inmunológico es más inmaduro y débil, por lo que se enferman con mayor facilidad y las complicaciones pueden ser más graves”.

Automedicación en adultos mayores

En el caso de los adultos mayores, los expertos advierten que el mayor desafío es brindar un tratamiento oportuno, ya que muchos evitan hablar del problema y otros recurren a la automedicación.

La doctora Sara Corado, especialista en gerontología, explicó que los síntomas pueden confundirse debido a la disminución de apetito que suele acompañar a estos procesos.

La experta sostiene que la diarrea es poco frecuente en adultos mayores; sin embargo, ante cualquier episodio, la automedicación no debe considerarse una opción.

“En los adultos mayores, con ningún padecimiento es recomendable automedicarse o quedarse en casa utilizando remedios caseros o medicamentos de un episodio similar. Los cuadros diarreicos, acompañados de náuseas y vómitos, deben atenderse de inmediato al notar cambios”, detalló.

La primera medida al detectar la enfermedad es suministrar suero de rehidratación oral mientras se busca atención médica.

El periodo de recuperación suele variar entre tres y cinco días, dependiendo de la causa y el tratamiento. Sin embargo, en los adultos mayores puede prolongarse hasta 15 días, durante los cuales se recomienda una dieta libre de grasas y lácteos enteros para prevenir complicaciones o recaídas.

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¿Qué es la deshidratación?

Durante un episodio de diarrea el cuerpo pierde agua y electrolitos (sodio, cloruro, potasio y bicarbonato) que son expulsados en las heces líquidas, los vómitos, el sudor, la orina e incluso la respiración. Cuando estas pérdidas no se restituyen, se produce deshidratación.

Signos de deshidratación moderada:

• Irritabilidad
• Ojos hundidos
• Sed constante

Signos de deshidratación grave:

• Letargo o pérdida de conocimiento
• Ojos hundidos
• Incapacidad o casi incapacidad para beber
• Retorno lento (2 segundos o más) a la normalidad después de pellizcar la piel

Prevención y tratamiento

Entre las medidas clave para prevenir las enfermedades gastrointestinales la OMS recomienda:

• Tener acceso a agua potable salubre
• Hacer uso de servicios de saneamiento (disposición de excretas) 
• Practicar el lavado de manos con jabón
• Brindar lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida
• Higiene personal y alimentaria adecuada
• Educación sobre salud en cuanto a los modos de transmisión de las infecciones
• Vacunación contra el rotavirus (primera aplicación a las 15 semanas de nacido)