El diario católico The Catholic World Report del 03/12/2025 publica un artículo del doctor Marcus Peter, “Scrolling ourselves to death”, que traduzco como Deslizándonos nosotros mismos hacia la muerte. Por su título, intuimos que su contenido es de suma gravedad. Y lo es.

Comenta el Dr. Peter las recientes revelaciones que empleados de META (la empresa de tecnología fundada y dirigida por Mark Zuckerberg) hicieron, comparándose ellos mismos como traficantes de drogas, debido a que los productos por ellos creados y vendidos, son tan adictivos como los narcóticos. Adicionalmente, la compañía ha suprimido toda la evidencia que poseen sobre el daño producido a la salud mental de los niños.

Sin necesidad de esa filtración de información interna, ya infinidad de padres de familia, sacerdotes, pastores, psicólogos y maestros, han venido advirtiendo sobre el peligro que el mundo digital representa para niños y jóvenes, pero hasta el momento, las plataformas digitales van ganando la partida, apoderándose de cerebros y mentes, todavía en crecimiento y formación.

En el desarrollo de su artículo artículo(https://www.catholicworldreport.com/2025/12/02/scrolling-ourselves-to-death/), el Dr. Peter lanza un urgente grito de alerta para que la sociedad entera, y los padres de familia en particular, tomen como prioridad la protección de sus hijos ante el peligro de las pantallas, que resulta en falta de atención y concentración en la vida real, dificultad para la lectura, debilidad ante los embates y problemas de la vida, incapacidad para demorar la satisfacción de lograr sus deseos y para trabajar esperando resultados en el mediano y largo plazo. Todo está enfocado en distraer, en entretener, en proporcionar alegría, aunque sea momentánea y falsa. Esa manipulación mental a la que se someten las mentes todavía en desarrollo los infantiliza e incapacita para convertirse en los adultos que deberían ser.

Y para ello, Marcus Peter trae a la memoria lo que varios autores del siglo XX advirtieron: Neil Postman, con su estudio “Amusing ourselves to death” (1985), en el que con terror advertía el gran peligro mental que significaba la televisión. Y, por supuesto, no podían faltar los conceptos de Aldous Huxley, con su “Brave new world” (1932), ni George Orwell, con “1984” (1949). Las distopías que estos tres autores describen están siendo superadas por las realidades que, actualmente, estamos viviendo. Porque, aunque agradecemos las bondades que hemos recibido de la tecnología, sus peligros y daños son muy grandes y con efectos para el largo plazo, muchas veces irreversibles.

Hoy mismo debemos poner atención a lo que, gracias a empleados de META, que se sintieron asqueados al darse cuenta de que el resultado de su trabajo fuera comparable y tan adictivo como los narcóticos, han denunciado. Y, en nuestro país, es mucho más importante, dado que anuncian que el próximo año escolar se “estrenará” un nuevo currículo, del que no se sabe nada, a excepción de que la tecnología, las tabletas y la inteligencia artificial, son parte integral del mismo.

Si eso entraña peligro para todo el mundo, mucho más cuando todos esos adelantos podrían ser liderados por malvados, o irresponsables, o ignorantes, cuya finalidad sea la de manipular, a sabiendas, políticamente y con dolo, las mentes infantiles.

Como dice el Dr. Peter, ha llegado la hora de tratar el ecosistema digital con la seriedad que demanda. El futuro de las mentes de nuestros niños depende de nuestra respuesta.

Empresaria.