Mauricio (nombre cambiado) es un joven de 34 años que vive con entusiasmo. Se desenvuelve valorando el día a día, con una visión de mundo en la que la resiliencia y la empatía son su guía.

Mauricio fue diagnosticado con VIH en septiembre de 2020, en una etapa voraz de la pandemia de COVID-19. “Lo tomé con calma y resignación, pues sabía sobre esta condición médica y que estaría bien, pero unas semanas después me afectó emocionalmente, pensé que no podría continuar con mis proyectos de vida y que moriría pronto”, comparte el joven.

En medio de sus temores, reflexionó que estos también se debían al estigma y discriminación que personas con esta condición tienen que sortear por el desconocimiento de otras personas sobre el contagio. “En lo personal nunca he enfrentado discriminación porque mi diagnóstico solo he compartido con mis amigos cercanos que comprenden”, expresa Mauricio. “Ver todo lo que la gente dice en redes sociales, escuchar comentarios desinformados o que quienes tenemos VIH somos personas malas y lo merecemos, eso me hace enojar”, confiesa.

Gracias a que ha podido informarse y ha podido contar con sus medicamentos, Mauricio procura vivir una vida normal. Recibe sus antirretrovirales que son proporcionados por el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).

 “Al principio uno se siente solo, pero los médicos han sido siempre amables, responden mis dudas y tengo mis medicinas a tiempo”, dice con gratitud. Un tratamiento que recibió al poco tiempo de su diagnóstico y que le ha ayudado a mejorar su sistema inmunológico al punto que los niveles de VIH ahora son mínimos.

“Ojalá que con todos los avances médicos y esfuerzos de prevención, cada día sean menos los casos de VIH en El Salvador y en el mundo”, reflexiona.

“Una persona con VIH tiene derecho a vivir una vida en tranquilidad y libre de juicios de parte de los demás”, exhorta Mauricio.

Posible subregistro de VIH en El Salvador

Desde el aparecimiento del primer caso en el país, en 1984, se contabiliza un acumulado de más de 40 mil casos entre VIH y VIH avanzado.

Según registros internacionales, en El Salvador viven cerca de 23 mil personas con VIH; sin embargo, un informe del Observatorio de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, con datos del Ministerio de Salud (MINSAL), presentados en el XI Foro Nacional del VIH, realizado en diciembre de 2023, el número de personas diagnosticadas era de un poco más de 20 mil, lo que podría significar un subregistro del 13%.

Datos incompletos como ha ocurrido en otros años debido a que “las personas abandonaban sus tratamientos o que se hacían la prueba y no regresaban”, menciona el director de la Asociación Entre Amigos, William Hernández, organización que trabaja como red de apoyo y asesoría digital para personas con VIH y que dan referencia hacia el MINSAL.

En dicho foro, autoridades de Salud mencionaron que “se debe poner atención al grupo de edad de 10 a 19 años, donde probablemente se están dando las nuevas infecciones, pero se están diagnosticando hasta los 20 y 39 años”.

Estadísticas del portal del Sistema Integrado de Información del MINSAL indican que para el cierre de 2022 hubo 507 casos nuevos de VIH en El Salvador. Pero el Observatorio de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, con datos de esa cartera de Estado brindados en ese mismo congreso, dio una cifra de 1,105 personas.

“El último datos que manejamos (6 años atrás) de personas infectadas eran 33 mil y casi el 95% tenían tratamiento”, agrega Hernández. “Podemos garantizar hoy que los medicamentos antirretrovirales, las terapias y los métodos están funcionando y todas las personas pueden acceder a ellos”, detalla el representante de Entre Amigos.

De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud, en El Salvador la tasa de mortalidad por VIH se mantuvo en 2 por cada 100,000 habitantes entre 2022 y 2024, un impacto positivo en la contención de decesos por el acceso a los tratamientos.

“Si uno toma sus medicamentos diariamente se mantiene con buena salud. En general, tienes que cuidarte como cualquier otra persona”, recomienda, por su parte, Mauricio.

Con VIH, pero viendo al futuro

“Mis aspiraciones del futuro no han cambiado después de mi diagnóstico. Sigo trabajando por lograr mis metas con esfuerzo y con ilusión, como cualquier persona. El VIH me ha enseñado a no escuchar lo negativo, sino a cuidar mi bienestar personal”, dice Mauricio con entusiasmo. 

Mauricio aconseja a quienes hayan sido diagnosticados con VIH “que no pierda la esperanza, que siga con sus sueños, siendo profesional, común y corriente, y que valore su vida cada día”, además reafirma que “toda  persona con VIH tiene derecho a vivir una vida en tranquilidad y libre de juicios de parte de los demás”.