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Estudio de suelos, clave para los sistemas productivos frente al cambio climático

Estudiantes e investigadores de la UES realizaron análisis en Guazapa y Aguilares con el objetivo de brindar consejos de cultivo a los lugareños.

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Frente a la problemática del cambio climático y el impacto que este tiene en el sector agropecuario del país, una de las prácticas fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria es la realización de estudios de suelos.

Estos permiten tener información sobre los nutrientes, fertilidad y propiedades fisicoquímicas de la tierra. Con estos elementos técnicos y científicos se logra establecer un plan más adecuado para mejorar la cosecha y contribuir a la seguridad alimentaria, señala la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de El Salvador (UES).

Investigadores del departamento de Recursos Naturales y Medio Ambiente y estudiantes de las carreras de Ingeniería Agronómica y Geológica de dicha facultad realizaron estudios en los distritos de Guazapa y Aguilares, en el departamento de San Salvador, para determinar la calidad, estructura y componentes técnicos que tienen los suelos; lo que permitirá comprender si las tierras donde realizan las siembras son las adecuadas, y sugerir posibles soluciones a futuro para mejorar la productividad.

Visita de campo

En el cantón Palo Verde, ubicado en el cerro de Guazapa, las familias que viven de la agricultura y ganadería desconocen el tipo de suelo donde realizan sus cultivos.

En el lugar, el docente Gerardo Marroquín habla a los estudiantes de la «edafología», materia que estudia la composición, estructura, formación y propiedades del suelo, y su relación con el entorno, plantas, agricultura y productividad de la tierra.

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Es decir, analiza lo superficial de la corteza terrestre, sus componentes físicos, químicos y biológicos, y cómo influye todo en el crecimiento vegetal, el ciclo del agua y la vida de los organismos que habitan en ella.

Antes de iniciar la actividad, verifican un mapa de la zona para analizar si el suelo ha tenido cambios.

Al comprobar que todo se encuentra normal, caminan hacia los muros de tierra para tomar muestras, que luego serán analizadas en el laboratorio de Geociencias y Georecursos del proyecto CASTES, de la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo AICS, instalado en la UES.

Encuentran tierra con barro y arcilla, analizan sus capas, color, estructura y suavidad. Al tener los resultados, les dirán a los agricultores qué tipo de nutrientes tienen sus tierras y qué es mejor cultivar en la zona.

Marroquín, quien coordina las asignaturas de Edafología y Fertilidad de Suelo, asegura que estas materias son básicas para los ingenieros agrónomos y que, a partir de ella, se ve el manejo de suelo, fertilidad, riego y cultivo.

«Hacer este tipo de investigación de campo con los estudiantes es importante, ellos tienen la oportunidad de realizar sus muestras de suelo, sacar características de su composición, forma, perfil y horizontes, así como sentir la textura de la tierra, verificar capas y proceso de formación.

Tener resultados de estas muestras lleva un proceso minucioso. Se ha hecho un levantamiento de información de los dos lugares que se visitaron, Guazapa y Aguilares», menciona.

«Los mapas nos ayudan a verificar si el suelo ha tenido cambios de color, textura, estructura, consistencia y horizonte. Teniendo identificados los datos, tomamos muestras para ver la parte química, física, tamaño de partículas y densidades.

Los resultados que arrojan los análisis de laboratorio de los suelos de Aguilares y Guazapa indican limitantes que pueden afectar la aptitud del mismo», sostiene.

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Y agrega que «en terrenos arenosos es necesario tener en cuenta la posibilidad de nutrientes lixiviados (líquidos tóxicos que resultan de la percolación del agua a través de residuos, como los de un vertedero, arrastrando contaminantes) o con poco almacenamiento de agua; contrario el caso de lugares con texturas arcillosas, que dificulta la infiltración del agua en la columna de suelo, pero retienen mejor los nutrientes y la humedad para las plantas».

El día avanza, los investigadores y estudiantes concluyen la primera etapa en el cerro de Guazapa, recogen sus muestras de tierra, las clasifican, rotulan y guardan en depósitos especiales para salir rumbo al siguiente punto: Aguilares. El proceso se repite y emprenden el retorno al alma máter.

Conclusiones

Cada terreno tiene sus características. Guazapa es húmedo, barroso o chicloso, y permite manipularlo. Aguilares es árido, arenoso, plano, tiene buen drenaje, las raíces de los árboles y plantas se desarrollan bien.

Son terrenos totalmente diferentes, pero coinciden en que necesitan mucho cuidado, con elementos importantes que el otro no tiene.

En la actualidad, investigadores de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la UES apoyan a organizaciones y comunidades sobre la enseñanza de estudios de suelo. Visitan comunidades y comparten sus conocimientos académicos, técnicos y científicos a los interesados.

Para que los productos se desarrollen mejor, los estudios de suelo son importantes para los agricultores. La sugerencia desde la facultad es que tomen en cuenta algunos factores como: el clima, organismos, material parental (roca o material geológico inalterado de donde se origina un suelo), topografía y tiempo de cultivo.

Por ejemplo, para los agricultores que hacen sus siembras en suelos arenosos, estos requieren un riego constante para obtener buen producto debido a sus nutrientes.

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